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Baloncesto

El Palmer Palma desafía a la historia

Solo dos equipos en la misma situación que los mallorquines en las trece primeras jornadas de la LEB Oro se han salvado desde la temporada 2011/2012

Ikpeze realiza un mate ante la mirada de Pavelka durante un entrenamiento en el Palau d’Esports de Son Moix.

El repunte de contagios debido a la irrupción de la variante del Covid-19, Ómicron, está afectando duramente el devenir de la LEB Oro. Desde mediados del mes de diciembre los aficionados se están acostumbrando a los aplazamientos de partidos porque muchos equipos presentan un número elevado de contagios. Con el fin de reforzar las medidas de prevención y detección del virus y así garantizar el desarrollo de la competición y la seguridad de los participantes, el Área Médica y el de Competiciones de la FEB actualizaron a finales del año pasado el protocolo sanitario. Esta nueva guía considera que un brote se produce cuando se dan más de dos resultados positivos. Este hecho obliga a todo el equipo a la cuarentena pertinente y se aplazan todos los encuentros previstos durante ese período de tiempo. 

La pandemia está dañando a todos los equipos. Repercute en su día a día. Además de suspender y aplazar encuentros, los equipos no pueden entrenar con regularidad, juegan partidos con bajas o con jugadores que no se encuentran en óptimas condiciones físicas. Pero la pandemia no impacta en todos por igual. Una adversidad como la actual perjudica en mayor medida a los más vulnerables. Y el Palmer Palma, que no se ha librado de esta nueva coyuntura y no ha podido disputar sus dos últimos partidos, contra Oviedo y Cáceres, es uno de los equipos actualmente más frágiles. 

Después de trece jornadas ocupa la última plaza de la clasificación con una sola victoria. Las últimas bajas y las incorporaciones que se han producido – Moreno, Mendy, Lugarini, Ruesga, por una parte y Pavelka y Brown, por otra – así lo confirman y procuran compensar una plantilla con unos déficits evidentes, una plantilla diseñada en verano no con demasiado tino. El equipo necesita mimbres de calidad que le permitan afrontar lo que resta de temporada con ilusión y esperanzas de mantener la categoría.

Los balances suelen hacerse cuando termina una temporada o cuando se llega al ecuador de la competición. Restan cuatro jornadas para que finalice la primera vuelta, pero la curiosidad nos ha llevado a echar la vista atrás y recordar qué equipos en las últimas temporadas ocupaban en la jornada 13 la cola de la clasificación y cómo finalizaron la campaña. 

Afortunadamente queda Liga, pero lo cosechado hasta el momento no augura un buen final para el conjunto inmobiliario. La historia de la LEB así lo confirma. Los datos de las tablas clasificatorias de las 13 primeras jornadas de los últimos diez años alimentan en forma de estadísticas y porcentajes los argumentos de los más pesimistas.

80%: Desde la temporada 2011-12 se ha cumplido que el 80% de los equipos que ocupaban la cola de la clasificación en la jornada 13, han terminado en posiciones de descenso. Solamente el Barcelona Lassa en la 2016-17 y el Ourense en la 2017-18 consiguieron finalizar por encima de las tres plazas que actualmente conducen a la LEB Plata, el 20%.

50%: En estos últimos diez cursos en la 13ª jornada cinco equipos que ocupaban la última plaza habían conseguido más de una victoria y en cinco ocasiones el último clasificado había sumado un solo triunfo (50%).

80%: En cuatro de las cinco temporadas en las que el colista en la 13ª jornada había ganado un partido, el equipo implicado concluyó la liga regular en posiciones de descenso (80%). En la temporada 2020-21 el Canoe ocupaba esta última plaza y acabó perdiendo la categoría. En la 2019-20 el Marín Ence Peixe Galego se encontraba en una situación similar y, cuando el 25 de mayo (jornada 24) por culpa de la pandemia se suspendió la competición, finalizó en la misma posición. En la 2018-19, el Prat terminó la competición en puestos de descenso y en el curso 2011-12, el Clínicas Rincón Benahavis no pudo evitar la penúltima plaza. Solamente un equipo fue capaz de eludir el descenso después de sumar una victoria en las trece primeras jornadas, el Ourense en la 2017-18. Acabó en la 14ª posición de una liga con 18 participantes (20%).

No son más que datos que pertenecen al pasado, a la historia más reciente de una competición que con el paso de los años ha ido ganando en seriedad, prestigio y reconocimiento, números que no condicionan el futuro del Palmer Palma, pero que sí avisan de que la empresa que tiene por delante no será sencilla, de que los equipos que han vivido una situación parecida a la que están sufriendo los de Son Moix, no lo han tenido fácil para lograr la permanencia. Así comienza el nuevo año, con un nuevo reto, con un desafío muy alejado del que en verano estaba en boca de todos. Es lo que hay.

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