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Nadal, el 17 de diciembre ante Murray en el torneo de exhibición de Abu Dabi, en su primer partido tras 133 días.

Resumen del 2021

El pie izquierdo frustra a Nadal en un año para olvidar

El 2021 de Rafa Nadal se reduce a la primera parte del año, antes de que se viera obligado a parar por su lesión en el escafoide

El año que despedimos será recordado como uno de los peores en la brillante trayectoria deportiva de Rafel Nadal. En contadísimas ocasiones ha cerrado el mallorquín un año sin al menos conquistar uno de los cuatro grandes. 2021 es uno de ellos. Y todo por culpa de la lesión que le ha acompañado desde que en 2005 irrumpiera en la élite del tenis, la osteocondritis del escafoide producida por falta de riego sanguíneo en un pequeño hueso de la planta del pie izquierdo, lesión conocida como el síndrome de Muller-Weiss.

El calvario del campeón de veinte grandes comenzó con la derrota el 11 de junio en las semifinales de Roland Garros. El número uno Novak Djokovic endosó a Nadal su tercera derrota en 108 partidos en la tierra de París después de las encajadas ante Robin Soderling en 2009 y el propio tenista balcánico en 2015. Nole privó al manacorí de levantar por decimocuarta vez la copa de los Mosqueteros.

Una semana después renunció al torneo de Wimbledon y a los Juegos de Tokio «para alargar mi carrera deportiva y seguir haciendo lo que me hace feliz». Poco después se supieron los motivos de su ausencia en dos citas que tenía marcado en rojo en el calendario, el persistente dolor en el pie izquierdo.

Nadal no reaparece hasta el 4 de agosto, casi dos meses después de la derrota en su torneo fetiche. Fue en Washington con victoria ante el norteamericano Jack Sock. Pero sus movimientos en la pista dejaron más dudas que certezas. Y, efectivamente, al día siguiente pierde ante Lloyd Harris y anuncia su retirada del Masters 1.000 de Toronto. «Tengo el escafoide chafado y me duele», afirma apesadumbrado el mallorquín, muy lejos todavía de ver la luz al final del túnel. Como era de esperar, renuncia al US Open y da por acabada la temporada. «Llevo un año jugando con más dolor del que debería», comenta. Nada más se supo de él hasta el 11 de septiembre, cuando colgó una foto en las redes sociales caminando con muletas tras ser intervenido de su pie izquierdo en Barcelona. Reposo y vuelta a la actividad en forma de entrenamientos hasta que se le volvió a ver en una pista de tenis el pasado día 17 en el torneo de exhibición de Abu Dabi. Perdió en dos sets ante el escocés Andy Murray en su primer partido en 133 días. Pero el resultado es lo de menos. En presencia del rey emérito Juan Carlos, Nadal volvió a sentirse tenista muchos meses después.

El año empezó con derrota en el Abierto de Australia ante el griego Tsitsipas en los cuartos de final. Después renunció a los torneos de Rotterdam, Acapulco, Dubai y Miami alegando problemas de espalda. Reapareció en la temporada de tierra, con derrota en los cuartos de Montecarlo ante el ruso Andrei Rublev. Pese a que el año ha sido para olvidar, Nadal no ha faltado a su cita con los títulos. Se impuso en el Godó ante Tsitsipas y en Roma frente a Djokovic, a pocos días de jugar en Roland Garros. Con su victoria en el Foro Itálico se convierte en el primer jugador que suma un mínimo de diez coronas en cuatro eventos diferentes: 13 Roland Garros, 12 Godó, 11 Montecarlo y 10 Roma.

A sus 35 años y después de tanto tiempo parado, Nadal necesita partidos para volver a sentirse competitivo. Del 3 al 9 de enero participa en el 250 de Melbourne, antesala del Abierto de Australia.

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