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Baloncesto

Miki Martí, triples hacia la superación

El joven jugador del Bàsquet Calviàes elegido el jugador de la jornada en la Liga Balear pese a sufrir un déficit auditivo severo

Miki Martí al Pavelló Galatzó

Miquel Martí, más conocido en su equipo como Miki, ha sido nombrado Jugador Transfer Class de la octava jornada de la Lliga Escribano masculina. Hasta aquí todo sería como cualquier otro galardón, pero detrás de este nombramiento está la historia de un niño que, a pesar de su déficit auditivo debido a una hipoacusia severa, depositó toda su pasión a jugar al baloncesto. 

Martí, de 19 años, padece una “pérdida importante de audición de todos los sonidos agudos” y se ha tenido que acostumbrar a entender el juego desde la mirada y a interpretar desde la intuición lo que tiene que hacer en cada momento.

Formado en La Salle Palma y desde hace tres temporadas en el Flanigan Bàsquet Calvià de la Liga Balear, ayudó a su equipo a sumar la séptima victoria de la temporada en la pista del Livingdreams Santa María por un ajustado 74-77 en la prórroga. Martí anotó 26 puntos (máxima anotación de toda la jornada), veinte firmados en la primera mitad. Además, lo hizo con un gran porcentaje de anotación desde la línea de tres puntos, con seis triples anotados de nueve intentos. Con un promedio de 14’5 puntos por partido, es el máximo anotador de su equipo en lo que va de temporada y se ha confirmado como uno de los referentes ofensivos del Calvià. 

Al no poder leer los labios, me afectó el uso de la mascarilla al inicio de la pandemia, ahora lo llevo bastante mejor"

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Desde muy pequeño Martí tuvo que aprender a ser más observador. Nació con un déficit auditivo provocado por una hipoacusia severa. A pesar de ello, desde pequeño decidió que quería ser jugador de baloncesto y empezó a entrenar y competir con total normalidad, aunque tuvo que vivir un proceso de adaptación. “Cuando empecé a jugar a baloncesto de pequeño, no escuchaba el silbato del árbitro y eran mis compañeros o incluso los rivales quienes me tenían que avisar de que habían parado el juego. Hoy en día ya sé identificar el silbato del árbitro gracias a mi experiencia”, cuenta el jugador que, pese a todo, considera que no ha tenido un crecimiento deportivo muy diferente al del resto. Entre otras cosas, porque siempre ha recibido la ayuda de todos los que le han rodeado: “Siempre me he sentido muy bien acogido. Los compañeros, profesores y entrenadores siempre me han ayudado y me han repetido las cosas dos o tres veces si ha hecho falta. Es algo que agradezco porque no es fácil tener este problema, sobre todo cuando eres más pequeño”.

Martí se acoge al refrán de que ‘lo que no te mata te hace más fuerte’. Ha tenido que crear su fortaleza desde su propia debilidad. Y en este sentido, encontró la solución desde la observación. “Me ha ayudado a ser mucho mejor jugador. Por ejemplo, he aprendido a entender los símbolos que usan los entrenadores en la pizarra antes que mis compañeros y he aprendido a anticiparme a lo que hace el rival por su expresión o movimiento. Me ha hecho aprender a verlo todo más claro, ya que al no poder escuchar con claridad he tenido que ser más observador. No considero que a día de hoy necesite ninguna ayuda especial porque ahora entiendo mejor el juego por la lectura visual y me siento muy bien adaptado en la pista”, explica el joven jugador.    Fuera de pista sí que ha encontrado un obstáculo a superar debido a la pandemia de la Covid-19. “El hecho de llevar mascarillas me afecta bastante a la hora de comunicarme porque el hecho de tener una pérdida de audición considerable ha hecho que siempre me haya fijado en los labios para saber lo que me dicen. Lo pasé muy mal al principio de la pandemia y me afectó al ánimo. Ahora ya lo llevo bastante mejor”., concluye.

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