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La nueva vida de Juan Domingo de la Cruz, en Mallorca: un ‘Lagarto’ entre gallinas

Juan Domingo de la Cruz (Argentina, 1954) vive alejado del ruido en Llubí, un tranquilo pueblo del centro de Mallorca, feliz con su pareja y sus animales - El exinternacional español habla sin tapujos de su carrera deportiva y sobre el baloncesto

Juan Domingo 'Lagarto' de la Cruz, en Llubí. Tony Tenerife

Juan Domingo ‘El lagarto’ de la Cruz es feliz en su actual guarida. Junto con su pareja Romi, y liberado de cualquier tipo de complejo –si es que alguna vez lo tuvo- disfruta del día a día en Llubí, que tiene el honor de acoger –aunque muchos ni lo saben– a todo un medalla de plata olímpico (Los Ángeles 94), con 132 internacionalidades con la selección española de baloncesto. Plenamente integrado en la pequeña localidad del Pla de Mallorca, no consigue pasar desapercibido pese a que lo intenta. Sus 206 centímetros de humanidad y el cada vez más extenso elenco de vecinos que lo reconocen se lo impide, aunque a él le importe bien poco.

El plácido día a día

Dando de comer a las gallinas, cuidando que no falte de nada en la inmensa parcela de terreno de la que disfruta –y en donde quiere ser enterrado– y paseando con dos de sus «mejores amigos», los perros Kobe y Tica, las vivencias del expívot de San Lorenzo, Barcelona, Fórum, Manresa, Baskonia, Prohaci, Gráficas García y Palma Basket darían para escribir un libro. De momento, cuenta sus inquietudes a Diario de Mallorca. Y lo hace sin pelos en la lengua –como suele hacer en las redes sociales–, sin postureos y con ‘notitas ’ para todo el mundo, incluida la prensa. Así es ‘El lagarto’ desde su refugio. Acogedor y directo a la vez.

Del basket a la mar

Tras llevar muchos años afincado en Mallorca, un día decide cambiar de aires. A Costa Rica ni más ni menos. Todo tiene su explicación. «Tengo un ojo clínico para elegir equipos cuya directiva son un desastre. En el Prohaci Patronato no pagaron a nadie, nos timaron y nos robaron. En el Bàsquet Inca, al que fui como director deportivo, el equipo competía sin cobrar. Todo muy lamentable. Incluso, traíamos a jugadores a casa a comer. Además, uno de los extranjeros que tuvimos fue a la beneficiencia porque no tenía ni para vivir… Con todo esto, acabé muy quemado del baloncesto. Y por eso nos fuimos Romi (su pareja) y yo a Costa Rica. Apostamos por un año, y estuvimos siete», señala. Sus negocios relacionados con el turismo, la náutica y el buceo no le iban mal, pero llegó la hora de volver a la roqueta.

El retorno y la covid

De vuelta a España, se encontraron con la covid. Tocó confinarse, sufriendo las consecuencias del maldito virus. En ese periodo encontraron la «casa de nuestros sueños», en Llubí: «Colmaba con satisfacción nuestra idea de cómo teníamos que vivir. Seguía en venta y la adquirimos. Cambiar Buenos Aires o Barcelona por estar aquí, compensa». «Estás a 20 minutos de Palma, sigo con el tema del baloncesto con mi club y echo una mano al hijo de Romi en su empresa», relata con satisfacción De la Cruz, que de pequeño se crió en el campo y que muchos años después cierra el círculo.

Sin cotización

A sus 67 años debería disfrutar de una cómoda jubilación, pero… «Solo tengo cotizados 15 años, ya que se empezó a cotizar en el baloncesto a partir del año 1988, que es cuando entró el Régimen de la Seguridad Social. Son 20 años que no pude cotizar, y es algo que afecta a muchos compañeros de mi época». «Solo me retuvieron un año en Vitoria, dos en Valladolid, Manresa otro año... mientras que en el Prohaci no retuvieron nada».

Es por ello que ha de «solicitar una pensión no contributiva, que    hasta ahora no la he podido pedir al haber estado más de tres meses fuera de España» para recibir «esa especie de limosna, que no va a pasar de los 500 euros». «Igual lo tenía que haber previsto en su momento, pero no se hizo. Para los que hemos jugado a baloncesto en esa época ha supuesto perder 20 años. Se ha mirado de poder cobrar un tipo de jubilación garantizada como hay en la NBA, pero no ha ido bien ya que la asociación de jugadores no sirve para nada, no ha ayudado en prácticamente nada...», agrega.

"Antes de la ACB, no existía el baloncesto"

Al hilo de esa pensión que no tiene, se acuerda de la ACB, que también recibe lo suyo. «Para ellos, el baloncesto en España empieza en la ACB, lo de antes no existe. No existió Corbalán, Luyk, Buscató, Brabender, etcétera. Por eso, si vas a reclamar algo, no existes. Tú no eres baloncesto, eras otra cosa».

Tampoco se salva la Federación Española. «Solo empieza el baloncesto con la ÑBA y los Juniors de Oro. Lo demás no existe, salvo algún caso contado. Es lamentable, y duele mucho. Pero, es lo que hay», dice, y recuerda que «con Antonio Díaz Miguel se portaron muy mal» y que su generación contribuyó «a dar a conocer el baloncesto con el Mundial de Colombia, los Europeos, la plata de Los Ángeles. Pero parece que el baloncesto empezó con la ACB y la ÑBA...» . «Yo no me caso con nadie, y más cuando no me han dado nada», sentencia.   

"No sé qué me vio Díaz Miguel"

Del mítico seleccionador Díaz Miguel, eterno agradecimiento: «Vio algo en mí que no sé qué sería. Yo era titular en la selección cuando no lo era en el Barcelona, jugando con Fernando Romay en un momento en el que Luis Miguel Santillana y Rafa Rullán ya eran veteranos. Antonio (Díaz Miguel) fue el entrenador más importante en mi carrera deportiva. Y encima me dio la oportunidad de ser su ayudante en la selección».  Y así se dio cuenta que lo suyo no era el banquillo: «Los jugadores profesionales somos unos egoístas, nunca tienes la culpa de nada. Y los tres años que estuve con Díaz Miguel me sirvieron para darme cuenta de que yo no servía para esto». Por extensión, De la Cruz también era un egoísta. «Cuando García Reneses me echó del Barça al nacionalizarse Steve Trumbo, yo me refugié en los amigos de la prensa como Lluís Canut o Siro López, comentando la putada que me habían hecho», recuerda.

Juan Domingo de la Cruz posa con una de sus gallinas en su finca de Llubí. Tony Tenerife

La Federación Balear le ignora

Con el ‘ventilador’ ya en marcha, relata cómo su amplio currículo no llamó la atención a la Federació de Bàsquet de les Illes Balears. «Nunca me han llamado para nada. Nunca. Yo, desde que llegué, fui un grano en el culo. Nunca me ofrecieron nada. Tengo el título nacional, ayudante de Díaz Miguel en la selección, con experiencia... Me ofrecí al anterior presidente de la Federación Jaume Estarellas para lo que quisieran. Nunca me dijeron nada, ni una charla... y fue cuando cree mi club, el Bàsquet De la Cruz, empezando con una escuela junto con Guillermo Coll. Me venían tantos chicos que después se iban a otros clubes, por lo que me di de alta como club y me federé», explica. «Llegamos a tener 22 equipos en competición, jugando incluso el equipo cadete y junior un Campeonato de España, por delante de potencias en el baloncesto base balear como La Salle, Cide, Sant Josep o Bahía San Agustín. Y el hecho de que jugásemos estos Campeonatos, muy bien no sentó», asevera.

"El Barça fue mi casa"

Del Barça, cara y cruz para el hispano-argentino. «Ha sido mi casa, he estado 13 años, me dieron la oportunidad, soy culé hasta la médula, amo Cataluña, tengo dos hijos catalanes y la época de Núñez fue la que mejor recuerdo me deja por su buen trato hacia mí», indica, y recuerda que el futbolista Marcos Alonso –por aquel entonces jugador azulrana– le dijo que «de un club como el Barcelona no te vayas, que te echen. Y me quedé, sabiendo que no iba a jugar. Y al final me echaron».

Pero su opinión sobre la entidad blaugrana ha cambiado. «De un tiempo a esta parte, en el club pasan cosas que a uno le desanima, no siendo uno reconocido por algunas directivas. Nunca se me ha agradecido mi colaboración yendo a las peñas en Baleares para representar al Barça. Nadie me lo ha reconocido, ningún presidente lo ha hecho. Voy a las invitaciones de las peñas como socio del club, y también representándolo», explica, y reconoce que «pronto dejaré de hacerlo». «He perdido ilusión, no quiero representarlo porque no me han tratado bien», insiste y aclara: «No pido cobrar, sino un reconocimiento, una carta en la que me den las gracias por mi colaboración. Sé que hay gente que va a las peñas de toda España... cobrando».

"Tengo más contacto con el Real Madrid"

Siendo culé declarado, reconoce que si no fuera por «Manolo Flores, ni siquiera habría ido al palco a ver algún partido del Barça. Es el único que me demuestra cariño, fue compañero y entrenador mío. Con Epi tengo mucho trato y me llevo muy bien. ¿El resto? Como si no existiera, cosa que me duele ya que le pasó lo mismo a mi ‘hermano’ Chicho Sibilio cuando falleció». Confiesa que no asistió al homenaje que se le hizo «ya que no creí que fuera el momento. Se le podía haber hecho en vida, retirándole la camiseta como a otros. Por los años que estuvo en el Barça, se la tenían que haber retirado». Curiosamente, tiene más contacto con sus rivales del Real Madrid, club que en su momento le quiso fichar: «En mi casa han estado Fernando Romay y Joe Arlauckas, tengo contacto con Chechu Biriukov... son personas que me han demostrado un cariño muy especial. Y eso, lo valoro mucho».

"Del fútbol club Messi"

«A Leo Messi, sabían que no le iban a renovar. Y lo sé por fuentes muy buenas que lo sabían; pero no se le dijo, claro. ¿Messi jugando gratis? Yo flipo leyendo esto del mejor jugador del mundo. ¿Porqué no juegan también gratis los otros? Son cosas que me duelen. A Messi lo conozco, sé que las lágrimas que soltó no eran de cocodrilo. Estaba convencido, seguro, de que se quedaba en Barça, y se lo prometió a sus hijos porque él es muy familiar», asevera.

Experiencia para no olvidar

Experiencia irrepetible. Así fue la aventura televisiva del ex internacional español en televisión. Fue con La Sexta. Y la cosa no fue nada mal. Pudo vivir in situ el primer título mundial de la selección. ¿Como recaló allí? Un poco complicado, de entrada: «Yo era muy amigo del actor Pepe Rubianes, y me tenía preparado desde hacía meses un viaje por Kenia, a dónde iba para preparar sus espectáculos».

Un viaje que se le complicó al recibir una llamada mientras el ‘Lagarto’ conducía. «De la Sexta me preguntaron si querría hacer los partidos del Mundial. Dije que sí, pensando que lo haría desde Mallorca. Pero me dijeron que tenía que desplazarme a Madrid, después a Singapur y finalmente a Japón. Un mes en total. Y con López Iturriaga y Andrés Montes. Lo habría hecho gratis, pero también tenía un caché y cobré por ello. Cuando me lo dijeron, mi cabeza pegó con el techo del coche», recuerda. Y pese a que el mismo día del primer amistoso de España en Madrid, contra Argentina, volvía de Kenia, al final lo arreglaron. «Con mi maleta, del aeropuerto al pabellón; y después a Barajas, rumbo a Palma. Y tres días después a Singapur, en clase VIP, con champán francés y todo tipo de detalles. Yo flipaba. Fue algo espectacular», explica.

Sobre el ya desaparecido Andrés Montes, De la Cruz sonríe al recordarlo: «No era un personaje, Andrés era él. O le querías o le odiabas. No había término medio. Era un crack, creó una fórmula nueva de hacer televisión. A ‘Itu’ y a mí nos trataba muy bien, siendo un buen ejemplo las microhabitaciones que teníamos en el hotel de Tokyo», y añade: «Yo me tenía que duchar de rodillas, en el baño no entraba. Mi maleta la dejaba en la terraza y mis pies tocaban la pared para dormir. No cabía. Se lo dijimos a Andrés, se cabreó mucho con los responsables de La Sexta. Al final nos cambiaron de hotel y allí todo era espectacular, con habitaciones tan grandes como una casa, con una bañera-jacuzzi con pantalla de televisión incorporada... estábamos como Dios».

"El periodismo deportivo actual me da asco"

Pese a su positiva experiencia con La Sexta, ahora no volvería a colaborar. «El periodismo deportivo actual me da asco, en especial un grupo de programas que son vomitivos. Y lo peor de todo es que ahora el periodista quiere ser más protagonista que el propio deportista. Verlos en programas como Master Cheff… no es lo suyo. Antes convivían mucho con el deportista, no lo trampeaba, no lo apuñalaba por la espalda. El trato era diferente, había otros valores. Ahora el valor es el color de la camiseta del que está ‘dando’ para que hables bien de ellos. Es un periodismo de bufanda, y me dan asco, en especial la mierda esta del Chiringuito, que me da asco ver... viendo al Lobo Carrasco, a mi amigo Jorge d’Alessandro, que se dejen basurear así; decir cosas que no sienten, por un tipo que está allí mandando, la verdad es que me da asco», afirma.

La envidia y las etiquetas

Por los años que lleva en España, es sabedor de la insana costumbre de criticar a referencias como «Rafa Nadal, ¿Cómo se puede ser dudoso de él? He tenido la suerte de conocerlo. Es un tipo humilde, que vale oro. Tenga la idea política que tenga –que me importa un carajo–, él es un referente a nivel mundial. Aquí te marcan enseguida y siempre vamos a lo mismo, por el tema político. Si eres, porque eres. Si no, porque no lo eres. Si lo has dicho, o no… todos pueden opinar lo que quieran, pero te marcan enseguida, te ponen duda enseguida».

También se acuerda de la que le cayó a Piqué, capitán del Barça: «Fíjate la que le han dado a Piqué cuando nunca dijo que era independentista. Sólo que tenía que haber libertad para poder votar. Y yo pienso igual. ¿Qué es legal? Ya veremos lo que pasa». «Yo adoro Cataluña. Y porque yo hable de ella ¿tengo que ser indepe? ¿Qué sabrán ellos, que he escuchado 132 veces el himno nacional, lo que yo sentía? La gente se cree libre de etiquetarte enseguida, y te marcan enseguida. A mí me da igual», asevera.

¿Proyecto ACB en Mallorca?

Cerrando sus particulares reflexiones, la pregunta del millón: ¿Para cuándo un proyecto ACB en Mallorca? Su respuesta, para nota: «¿El secreto? Si lo tuviera, tendríamos equipo en la ACB. Pero, por un lado, las directivas suelen ser muy cutres. No hay gente capacitada para llevar adelante un proyecto bueno», dice, y recuerda su etapa en Inca: «Intentamos unir a todos los clubes para sacar adelante un proyecto, y nada de nada. Aquí, lo que quieren es que te hundas tú. Ahora, sería unirse el Imprenta Bahía alrededor de ellos. Pero, no va a pasar… ya solo faltan los ejemplos nefastos que hemos tenido como los del Prohaci o Bàsquet Inca. Es lo que tenemos, no creo que nos lo merezcamos, pero es lo que hay».

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