Los Timberwolves de Ricky Rubio y Juancho Hernangómez salvaron en los últimos segundos un partido contra los Oklahoma City Thunder (OKC) que tuvieron amarrado durante gran parte del encuentro pero que se complicaron, una vez más, de forma innecesaria en el cuarto periodo.

Un triple del base titular de los de Minnesota, D'Angelo Russell, cuando faltaban 3 segundos para el pitido final, rompió el empate 103-103 que señalaba el marcador y permitió a los Timberwolves romper la racha de nueve derrotas consecutivas y sumar su séptima victoria en lo que va de temporada.

El partido se presentaba a priori como una de las mejores oportunidades para que los Wolves anotasen otra necesitada victoria en su casillero: los Thunder estaban gravemente tocados al tener fuera de combate a George Hill, Shai Gilgeous-Alexandre y Luguentz Dort, tres jugadores del quinteto titular.

Mientras, los de Minnesota siguen sin poder contar con su estrella, el pívot de origen dominicano Karl-Anthony Edwards, ni con Juancho Hernangómez, aunque el español ya ha vuelto al banquillo de los Wolves. Ninguno de los dos ha podido jugar ningún partido desde el 13 de enero debido a los protocolos de la NBA con la covid-19.

El partido se inició con una salida fulgurante de los de Oklahoma. En menos de dos minutos de juego, castigaron a los de Minnesota con un parcial de 8-0. Pero Russell empezó a tomar carrerilla y en los siguientes dos minutos, los Wolves le devolvieron el favor a los Thunder al imponer un parcial de 0-8.

Durante los siguientes minutos, los dos equipos intercambiaron la delantera en el marcador y los 12 primeros minutos terminaron con dos puntos de ventaja para los Wolves, con un 23-25 en el luminoso gracias a la eficacia anotadora de Malik Beasley que anotó dos triples y dos tiros de dos en el primer cuarto.

En los Thunder, el veterano pívot Al Horford y el joven alero Hamidou Diallo eran los más efectivos con 7 puntos cada uno.

En el segundo cuarto, parecía que los Wolves se despegarían de su contrincante. Rubio abrió el marcador con una entrada a canasta que situaba el marcador en 23-27. Tras una breve reacción de OKC, los de Minnesota empezaron a abrir una considerable ventaja que llegó a 8 puntos, 32-40 a falta de 5.46 minutos para el descanso.

5 puntos consecutivos de Mike Muscala, tres de ellos con un triple, volvieron a acortar la distancia a una posesión, 38-40. Pero fue el veterano Horford quien asumió al responsabilidad en los Thunder y anotó 7 puntos consecutivos en el último minuto del segundo cuarto, lo que permitió a OKC irse al vestuario por delante, 55-51.

A la vuelta del descanso, los dos equipos salieron titubeantes. En cuatro ocasiones cambió el equipo que estaba por delante. Pero en los últimos minutos del tercer cuarto, dos triples consecutivos de Russell y otro de Jaylen Nowel colocaron a los Timberwolves 9 puntos por delante, 76-85, la máxima distancia del partido.

Los 12 minutos finales fueron un progresivo desgaste de esa ventaja fruto de la mala selección de tiro de los jugadores de los Wolves. A falta de 5 minutos para el final del partido, la distancia se había acortado a 2 puntos, 93-95 y la victoria estaba en serio riesgo.

La sensación en la pista es que los Timberwolves se estaban desintegrando una vez más en el cuarto periodo, como les pasó en el partido anterior ante los San Antonio Spurs cuando desperdiciaron una ventaja de 16 puntos en los últimos 12 minutos del partido para perder 111-108.

Cuando a falta de 25 segundos para el final, con 103-103 en el marcador, la mala comunicación entre Rubio y Russell provocó la pérdida del balón, todo apuntaba a que los de Minnesota repetirían el drama de San Antonio. Pero Diallo falló su entrada a canasta y Russell ejecutó de forma perfecta un triple a falta de 3 segundos que sentenció el partido.