Cerca de doce mil mallorquinistas se han sacado el carnet de abonado del Real Mallorca. Al menos esa es la perspectiva que existe a corto plazo, por lo que es una muestra de fidelidad a prueba de la covid-19. El club informó ayer que 11.673 aficionados habían renovado su compromiso con el rojo y negro, aunque en este número ya se incluyen las nuevas altas de esta semana. "Sin fichajes que ilusionen, con el miedo de que Budimir y Stoichkov se puedan ir y viniendo de un descenso, mucha gente ha querido seguir", explica orgulloso Toni Vallespir, presidente de la Unió de Penyes. "Sinceramente yo era optimista y creía que llegaríamos a unos diez mil, pero esto me ha sorprendido. Es curioso pero desde el año de Segunda B muchos jóvenes se han enganchado", subraya acerca del motivo de este respaldo.

De hecho, la Grada Lluís Sitjar ya se ha llenado en una muestra más de que los hinchas más animosos del Visit Mallorca Estadi tampoco quieren faltar a la cita cuando se abran las puertas del recinto. La novedad de este año, a causa del coronavirus, que deja en el aire la presencia de espectadores en los estadios, es que los abonados han pagado una primera cuota de un 25 por ciento del coste final. Es el requisito que exigía el club para mantener el número de abonado a los que querían renovar. "Estos son los mallorquinistas de cuna, los que estuvieron, están y estarán, da igual la categoría. Estos no quieren ver a Messi", asegura Sebastià Oliver, presidente del Moviment Mallorquinista. Los precios son sustancialmente más bajos que los del pasado curso en Primera y oscilan entre los 110 y 335 euros para las renovaciones y 140 y 395 para las nuevas altas. Así, por ejemplo, un adulto que ha renovado su carnet de tribuna cubierta pagará esta temporada 115 euros menos con respecto al curso pasado; un sub-21 o mayor de 65 años, 60 menos y un infantil, 30 menos.

Alberto Benito, abonado 778, tiene claro el motivo de esta reacción de la hinchada. "Es que sigue la base de la plantilla y esto mantiene la ilusión de que se pueda volver a subir. Se mantiene el alma del equipo, que no ha sido desmantelado, la gente sigue creyendo en ellos", destaca convencido. Por su parte, Alberto Cruz, socio 544, asegura que la marcha de Vicente Moreno no ha afectado al ánimo de los 'barralets': "Él era el arquitecto, pero el edificio sigue hecho y esto nos gusta para el futuro. Los mallorquinistas han renovado por sentimiento y porque el grupo humano es bueno y es el mismo que había".

En el club se muestran esperanzados de que la cifra se eleve todavía más con la llegada de fichajes y con el inicio de la competición, aunque es evidente que la clave es que los seguidores puedan volver al Visit Mallorca Estadi. Y a pesar de que no parece que eso vaya a ser pronto, los fieles han demostrado un amor sin fin a sus colores.