El coronavirus ha irrumpido con fuerza en el mundo y va a cambiar muchas cosas. A nivel personal y laboral. Y los deportistas de elite no han quedado exentos a una situación que, por sus efectos colaterales, hace cambiar o peligrar los planes de futuro. Es el caso del nadador olímpico Joan Lluís Pons, quien va tener que modificar tanto sus planes deportivos y hacer malabares en sus estudios de Microbiología en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

El deportista mallorquín ha vivido una cuarentena complicada. "He ido de peor a mejor", relata desde su casa en Sóller. Pons, tras comentar que, al igual que a otros deportistas de elite, le ha afectado física y psicológicamente ver "cómo había gente trabajando y que nosotros no podíamos entrenar", admite sin embargo que los peores momentos anímicos los vivió "tras confirmarse el aplazamiento de Tokio 2020.

A sus 23 años, quien fue diploma olímpico en Río de Janeiro de 2016, se había marcado Tokio como su gran cita. Y ahora tendrá que reiniciar su preparación tras retrasarse el evento al año que viene. "Lo más duro, psicológicamente hablando, va ser a partir de ahora entrenar a tope sin que haya competiciones previstas", señala Pons, ya que por el momento no se sabe "cuánto tiempo se va a estar sin competir".

Pero más allá del deporte, el coronavirus ha sacudido con fuerza los planes académicos de Joan Lluís Pons. Curiosamente, el Covid-19, un virus, interfiere en los estudios de un futuro microbiólogo. "Con el aplazamiento de los Juegos a 2021 se presenta un año académico complicado", asegura, y añade: "Habrá que prepararse para las Olimpiadas y eso significa muchos entrenamientos, concentraciones y acudir a competiciones. Y me va a impedir dedicar el tiempo que dedico a los estudios", cuenta.

Todo un problema para el solleric, que ya se había planificada la temporada académica 2020-21. "Después de Tokio tenía pensado dedicar el curso a las clases presenciales. Unas clases que no voy a poder realizar si estoy viajando o en competiciones", explica. "Espero poder hablar con la universidad y que me permitan alguna alternativa. Y también espero que el CSD (Consejo Superior de Deportes) interceda un poco", sentencia.

Pero no todo han sido malas noticias con la irrupción del coronavirus y el confinamiento. "Me ha permitido estar en casa durante una época en la que no suelo estar y, sobre todo, que nunca había pasado tanto tiempo con la familia desde que me fui a Barcelona, asegura, y agrega: " Y también he podido adelantar mucho en los estudios, aunque se hayan cancelado exámenes. He podido aprovechar el tiempo", desvela.

Juan Lluís Pons se marchó a Barcelona en 2014, dos años antes de los Juegos de Río, para entrenarse en el CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Sant Cugat y poder iniciar sus estudios de Microbiología. Siguió compitiendo con ficha del CN Palma hasta que en septiembre de 2018 salió del CAR y firmó por el CN Sant Andreu, para entrenarse con el grupo de elite de Jordi Jou. Ahora tendrá que volver a empezar.

Evolución

El solleric Joan Lluís Pons es una estrella de las nuevas generaciones de nadadores españoles, aunque ya puede presumir de haber llegado muy alto en su primera participación en los Juegos Olímpicos. El mallorquín se luce en el agua y también fuera de ella. Fue el único finalista olímpico masculino de la selección española, toda una hazaña que elevó su popularidad y que provocó que fuera más demandado en las competiciones a nivel nacional e internacional. Además, Pons es el recordman nacional de 400m estilos y varias veces campeón de España, y ahora mira hacia Tokyo 2021 con el apoyo de la marca italiana Jaked, referente en el mundo de la natación y que conoce su enorme proyección. A sus 23 años, el futuro es suyo. Y sabe cómo aprovecharlo.

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