En muchas facetas el deporte es un fiel reflejo de la sociedad. Desigualdad de salarios, ausencia de convenios colectivos, penalizaciones por maternidad... En el Día Internacional de la Mujer, nueve deportistas mallorquinas, aspirantes a los Juegos de Tokio, analizan en DIARIO de MALLORCA la disparidad con la que siguen conviviendo en sus respectivas disciplinas. "Queda todavía mucho por hacer", coinciden.

Paula Barceló es la única deportista balear que, a día de hoy, tiene asegurada su plaza para los Juegos. La regatista se proclamó campeona del mundo de vela en la clase 49er FX. Con 23 años estudia Medicina, una carrera que, por el momento, ha dejado aparcada para hacer frente a las exigencias de la alta competición. "La vela no da para vivir. Se trata de un deporte minoritario y hay que saber jugar bien tus cartas. Tiene poca visibilidad y los circuitos profesionales están muy cerrados al género masculino", critica.

Pese a las dificultades, Barceló reconoce que hay "avances". "A nivel infantil, juvenil y olímpico diría que hay bastante igualdad. Cuando empezamos, todos navegamos juntos y es muy frecuente que las niñas ganen regatas compitiendo con chicos de su edad, pero a nivel profesional, cuando hablamos de ganarse la vida navegando, las diferencias son abismales", compara. "Tradicionalmente la mujer siempre había sido excluida del deporte porque no encajaba en ese rol. Con el paso del tiempo la discriminación ha ido disminuyendo, pero todavía falta mucho por hacer", analiza.

Con pie y medio en Tokio se encuentra Cintia Rodríguez. La gimnasta del club Xelska se mantiene a la espera de la selección que haga la Federación para cubrir las cuatro plazas con las que cuenta España para los Juegos. "Cada vez hay más mujeres deportistas que ganan medallas y que se están haciendo un hueco en este mundo", sintetiza y, aunque reconoce que "evidentemente han evolucionado muchísimo las cosas", todavía "quedan pasos que dar".

En un deporte históricamente de mujeres, la mallorquina reconoce que "en la gimnasia somos todos igual de importantes. Ninguno tiene más derechos que el otro, los dos géneros son igual de reconocidos". "Ilusionada y tranquila" por conseguir esa plaza para la cita olímpica, Cintia reconoce que ir a los Juegos es el sueño de su vida. "Llevo muchos años detrás de esto. No lo pude conseguir en Río, pero estoy trabajando para llegar en la mejor forma posible", confiesa.

La desigualdad en el deporte tiene su origen en los estereotipos y los prejuicios de género. A día de hoy el 80% de las niñas y adolescentes no realiza la actividad física mínima recomendada por la Organización Mundial de la Salud, un supuesto que nunca casó con Caridad Jerez. Con 29 años, la atleta del Barcelona rememora su infancia, siempre vinculada al deporte. "Para mí lo ha sido absolutamente todo. Se puede decir que nací en una pista de atletismo. He vivido en Príncipes de España jugando en la arena y cruzándome delante de la gente desde los 5 o 6 años", recuerda. Para asistir a sus segundos Juegos, Caridad necesita bajar del 12'84 en los 100 metros vallas. "Han bajado muchísimo las mínimas y está complejo, pero vamos a luchar hasta el último momento", admite.

Gobiernos, instituciones y federaciones deportivas trabajan para impulsar el deporte femenino y equipar los premios para el ganador y la ganadora. Sin embargo, por primera vez en los últimos años, el ranking de los 100 deportistas mejor pagados no recoge a ninguna mujer. "Hace unos años teníamos a Usain Bolt, quien vendía mucho a nivel de marketing. Se le daba más bombo a los chicos, pero poco a poco las mujeres han ido destacando", analiza. "Atrás quedó la parte machista, donde únicamente la figura masculina podía practicar X deporte. Considero que cada vez las mujeres están más integradas, pero evidentemente debería ser más ecuánime", resume.

El deporte de contacto

En una disciplina especialmente minoritaria, si cabe más en el ámbito femenino, combate Graciela Sánchez. Conseguir una plaza para Tokio se presenta complicado. "Está muy difícil. Después de quedar tres años campeona de España de lucha libre, el año pasado pasé por un mal momento y no llegué al Nacional en las mejores condiciones, lo perdí. La Federación ha basado la selección a los preolímpicos en función del pasado Nacional, por lo que lo tengo complicado", reconoce.

Graciela es enfermera por vocación, oficio que ha desarrollado para poder sobrevivir: "Es una vergüenza las pocas ayudas que tenemos. Agradezco la beca autonómica, pero no me basta para nada. En este país un luchador masculino está igual de discriminado que una femenina".

Especialmente crítica con la situación, Graciela agradece haber nacido en una época en la que "las cosas van cambiando". "Tuve la oportunidad de compartir espacio con mujeres deportistas que me sacaban 30 años y me quedé alucinada de las historias escalofriantes que contaban. Ellas vivieron una desigualdad tremenda. Los tiempos han cambiado", analiza. "El problema es que sigue pareciendo raro que una mujer luche, son estereotipos arraigados. Yo entreno con hombres, porque así demuestro que soy capaz de hacer exactamente lo mismo que ellos, sin diferencias", aprecia.

Si hay un deporte que ha evolucionado en los últimos años ese es sin duda el ciclismo, "y por suerte yo he podido disfrutar de ese cambio", asegura Mavi García. La palmesana reconoce que ha vivido de pleno "el paso hacia la profesionalidad del ciclismo femenino en España" y que, "pese a las desigualdades que todavía existen", cada vez "está mejor estructurado". "En los sueldos la diferencia todavía es gigante. Un ciclista bueno cobra diez veces más que una mujer en su misma posición de ranking. Hay muchísimas diferencias también en los premios que reciben unos y otras y en la visibilidad que se nos da", detalla.

El camino hacia Tokio para Mavi no se presenta falto de obstáculos. "Esto no se basa únicamente en alcanzar una meta que te asegura la plaza. En principio, si no pasa nada raro y todo sigue su curso, yo tendría una de las dos plazas con las que cuenta España, pero ahora mismo solo me queda esperar y seguir trabajando", admite.

Premios muy dispares

La Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional recibe decenas de denuncias cada fin de semana. Una de las más sorpendentes responde al galardón con el que dotaron a los ganadores y ganadoras del último Campeonato de Asturias de Squash. Para ellos, premios de hasta 1.000 euros. Para ellas, vibradores y material de depilación. Sin necesidad de saltar el charco, un torneo de golf celebrado en la isla dotó a sus campeones con un teléfono móvil de última generación; a ellas les aguardaba un fular de lo más pintoresco. "¿Igualdad en el golf? En cuestión de premios económicos, por ejemplo, la diferencia sigue siendo brutal, aunque en tema de publicidad poco a poco la mujer se está haciendo un hueco", analiza Nuria Iturrioz, golfista mallorquina que actualmente es primera reserva de España para acudir a los Juegos.

"Cada vez se hace más patente esa igualdad que buscamos. Obviamente siempre va a haber una diferencia física, pero nosotras podemos aportar muchas cosas que ellos no tienen", señala Iturrioz. "A nivel deportivo, en el golf los hombres tienen más potencia, lo que genera un mayor espectáculo, pero la mujer dispone de un juego más técnico y bonito que genera otro tipo de exhibición", resuelve.

De lucha y sacrificio sabe también un rato Cata Corró. La nadadora de Inca superó con éxito, hace solo unos meses, una segunda operación provocada por un tumor cerebral. La mallorquina se ha visto obligada a despedirse de las opciones que tenía de acudir a Tokio, pero ello no le ha impedido dejar de luchar. "Ahora mismo estoy en proceso de recuperación, más centrada en mi estado de salud que en las metas deportivas. He tenido que priorizar cosas y ponerlas por delante del sueño olímpico. Lo bueno es que poco a poco estoy volviendo a recuperar la rutina, aunque aún falta mucho para alcanzar el nivel que conseguí el año pasado", relata.

A diferencia de la mayoría de disciplinas, Cata reconoce que "en el caso de la natación no hay casi desigualdades entre hombres y mujeres". "Es más, durante muchos años en los que he estado en la selección, la mayor parte del equipo era femenino, ya que nuestro nivel era superior al de los chicos", analiza. "Creo que las nuevas generaciones estamos consiguiendo avanzar muy rápido y que si seguimos así, guerreras y luchadoras, podremos conseguir grandes hitos para la historia del deporte femenino", reconoce.

Paridad en los Juegos

Se espera que esta edición de los JJOO sea la cita con mayor cantidad de mujeres en su historia, el 48'9% respecto al total de deportistas. El objetivo del COI es aumentar la participación femenina y conseguir la paridad entre hombres y mujeres. Para Alba Torrens serán sus terceras Olimpiadas. "En estos diez últimos años en los que he estado en el deporte profesional he visto un cambio en muchos sentidos, pero la transformación sigue siendo lenta, y no solo en el deporte, también en muchos aspectos de la sociedad", analiza la de Binissalem. "En el baloncesto hay mucha desigualdad, pero si hablo desde mi posición, agradezco cada día poder vivir de esto como lo hago", reconoce la mallorquina, actualmente jugadora del Ekaterinburg de Rusia.

"Ojalá todo fuera mucho más rápido y que no se tuviera que hablar de esa necesidad de cambio", admite Alba, quien dice sentirse muy "ilusionada" con la clasificación conseguida por España para Tokio. "El primer objetivo es estar, pero una vez que te ves dentro, lo que quieres es competir y asumir el reto sin pensar en el pasado", relata.

Compartiendo experiencia junto a la de Binissalem, espera estar la también mallorquina Nogaye Yo, quien apura sus opciones para entrar en la lista de Lucas Mondelo: "Cuando acabe la Liga centraré toda mi preparación en la selección, pero creo que si estoy ahí es porque tengo posibilidades".

Como Alba, Nogaye reconoce diferencias y desigualdades en el baloncesto. "Hay sueldos que, atendiendo al esfuerzo que haces, no son los que deberían. Es difícil en España que una mujer que compite al máximo nivel pueda vivir de este deporte y eso no pasa, por ejemplo, con los hombres", compara. "En las últimas Olimpiadas las chicas consiguieron más medallas que los chicos y eso es porque se está haciendo un buen trabajo desde abajo. Estamos demostrando que, si nos dan las armas y las oportunidades, podemos conseguir muchas cosas", zanja.

Las reglas del juego son iguales para todos, sin embargo ellas siguen teniendo sueldos más bajos, menos patrocinadores, peores condiciones de contrato y una presencia casi invisible en los medios de comunicación. La discriminación de género sigue existiendo en la mayoría de disciplinas y a esa realidad hace frente la elite del deporte femenino mallorquín, trabajando, luchando y no dándose nunca por vencidas. Son luchadoras, son olímpicas.