Si dirigimos la mirada al partido jugado el viernes pasado en Melilla, podemos comentar, por ejemplo, que no hubo reacción, que ni el juego ni el resultado mejoraron. Podemos centrarnos en las estadísticas y mencionar el ridículo porcentaje de triples - "con el porcentaje de 3 que hemos tenido es imposible ganar en ningún campo" - explicaba el entrenador del B the travel brand; en la valoración del equipo y en la de algunos jugadores - solo cuatro valoraron por encima de 10 -; en explicar los problemas ofensivos que se evidenciaron, en las dificultades para encontrar ventajas y aprovecharlas, en el hecho de que a falta de algo más de 4 minutos para finalizar el encuentro, el casillero del electrónico marcaba unos exiguos 49 puntos. Podemos afirmar incluso que el equipo, sin estar mal en defensa y a pesar del arreón final, fue demasiado plano, le faltó algo de energía, de chispa, de alma€ O simplemente analizar por qué Melilla fue superior, como reconoció Félix Alonso al terminar el encuentro.
Si nuestra mirada va más atrás en el tiempo, podemos señalar la escasa y preocupante aportación de algunos jugadores, que llegaron a la isla con el objetivo de ser protagonistas, de la fragilidad de sus actuaciones. ¿Cuántos jugadores después de once jornadas han sido constantes y regulares en su aportación y en su juego? También podemos hablar de la enfermería, excesivamente concurrida, de si la recuperación de algunas lesiones va por buen camino, de cómo afectan las lesiones en el trabajo del día a día; de la clasificación, de que la derrota del viernes, prácticamente consumida una tercera parte de la liga regular, deja al equipo a dos victorias de la cabeza€
Reconociendo que todo ello es vox populi, quiero hacer hincapié en unas declaraciones que el técnico realizó al acabar el partido. Unas declaraciones que demuestran que Alonso es consciente y que intentará encontrar respuestas en las próximas sesiones de entreno: "Mientras no tengamos a Rey y a Stainbrook habrá que cambiar nuestra manera de jugar para equilibrar el juego y ser más agresivos". Algo tiene que cambiar. Posiblemente parte de la solución resida en la aceptación de estas dos importantes bajas y las consecuencias que se derivan de no poder contar con ellos, intentando ajustar mejor la propuesta ofensiva del equipo.
Decía un profesor a sus alumnos que en la senda de la vida aparecen continuamente obstáculos, que creer que con mi actuación seré capaz de evitarlos es utópico. Lo importante es ser lo suficientemente maduro y reflexivo y disponer de recursos personales para que, cuando surja una dificultad, encuentre una solución que me permita seguir mi camino. Es la hora de la reflexión y de la toma de decisiones.
