Puede parecer una contradicción, pero estoy convencido de que no lo es. Si cuando acaba un partido observas la estadística y ves que un jugador, que no ha llamado especialmente la atención, es uno de los mejor valorados, concluyes que es un buen jugador, que ha trabajado mucho y bien sobre el parquet.
Este es el caso de JOHAN JERKER LÖFBERG (sí, en mayúsculas). El alero sueco fue el último en llegar este verano y lo hizo para completar la línea exterior y así disponer el entrenador de más y diferentes recursos. Se sabía que tenía experiencia en la LEB. Jugó en Oviedo y en Breogán. Cuenta con dos Copas Princesa y un ascenso a la ACB. La temporada pasada jugó con el club gallego en ACB y consiguió 5,3 puntos de media, 2,3 rebotes en los 17,1 minutos de juego. Se sabía que aportaría al nuevo proyecto del B the travel brand. Ahora bien, con el paso de las semanas se ha convertido en uno de los imprescindibles para Félix Alonso. Y está superando las expectativas iniciales que su fichaje generó.
Confianza del entrenador
Después de nueve jornadas es el jugador que más minutos ha jugado (221), el máximo anotador (115 puntos), el que más tiros de campo ha ejecutado (85), el que más veces ha pisado la línea de tiros libres (27 lanzados), el que más personales ha recibido (26) y el que mejor valoración total ha obtenido (123). Con estos números, ¿quién se atreve a negar la importancia y la solvencia del jugador? ¿Qué hace posible que pueda aportar estos datos en su tarjeta de presentación? Hagamos una disección de sus habilidades como jugador.
Es versátil. Es un 324, es decir, su posición habitual es la de 3, pero puede jugar de 2 e incluso de 4. Sus recursos técnicos, su físico y su conocimiento del juego se lo permiten. Se le podría definir como un jugador muy completo y fiable.
Tira bien de parado y tras bote. Es efectivo tanto en los lanzamientos cercanos como en los de larga distancia, aunque tiene que mejorar la velocidad de ejecución saliendo de los bloqueos. Es hábil en el 1x1, capaz de generarse tiros por sí mismo alejándose del defensor después de utilizar perfectamente su cuerpo. Pocos jugadores hacen gala de esta cualidad.
Domina el poste bajo. Su buena técnica individual y su físico le permiten jugar en esa posición y le convierten en un jugador temible. Corre y finaliza bien el contrataque. El sábado pasado en Pontevedra realizó varios 'coast to coast' de auténtica NBA.
Complementa el trabajo de rebote de los hombres interiores y en muchos entrenos realiza las funciones de 4 sin ningún problema y con total normalidad. Juega bien sin balón y sabe encontrar y ocupar los espacios libres en los que hay ventaja.
Defensivamente ha sorprendido. Y lo ha hecho para bien. No destacó en esta faceta la temporada anterior en la ACB y existía una duda razonable. Actualmente en el equipo cumple a la perfección, es de los mejores defensores. Puntea tiros, tapona, pasa bien los bloqueos y ayuda en el rebote.
A pesar de sus 2 metros de altura evidencia un muy buen control corporal. Posee un excelente 'timing' de salto. Elegante en sus acciones. Su lenguaje corporal es el ideal en un jugador de baloncesto.
Es un jugador inteligente, que lee bien el baloncesto.
El día de su presentación comentó: "Mi ataque es mi punto fuerte, pero también puedo rebotear, defender bien y puedo hacer cualquier cosa especial que me pidan. Si el equipo necesita defender, me concentro en esa faceta para defender bien". Löfberg sin duda es una de las piezas claves del B the travel y juega como tal.
