La realidad es poliédrica, tiene muchas caras y sólo así se explica que el pensamiento humano no sea uniforme. También lo son los partidos y sus derrotas y sus victorias. La realidad es como los refranes, sus caminos son paralelos, siempre se encuentra uno que te satisface y te da la razón.
El domingo en Son Moix el B the travel brand Mallorca disputó un intenso y emocionante partido de baloncesto y mostró diferentes caras de una realidad, de una trabajada victoria. Me gustaría comentar algunas.
En primer lugar hay que reconocer que el equipo tiene carácter. Remar contra un marcador que es adverso durante muchos minutos, no resulta fácil. Los mallorquines solamente comandaron en el electrónico en momentos esporádicos y puntuales. Sólo lo pueden hacer los que confían en sus posibilidades y saben que, para ganar, tienen que derrochar pundonor e implicación y llevan a la práctica la fórmula "el poco acierto exige más trabajo". La mayoría de jugadores la aplican y destacan dos nombres propios: Quintela y González.
En segundo término, el equipo - como reconoció su entrenador en rueda de prensa - no jugó bien. Mejoró en la segunda parte y posiblemente fue el mejor partido hasta el momento. Ahora bien, un equipo que pretende ascender a la ACB tiene que ser mucho más consistente durante todo el encuentro.
Y para terminar, la baja temporal de Matt Stainbrook deja al equipo con un déficit en el juego interior, el que hace referencia a la generación de juego desde el poste bajo. Por ello la directiva ha movido ficha y se ha hecho con los servicios del experimentado Xavi Rey. Un motivo más para seguir ilusionando a los aficionados que el domingo ante el Carramimbre Valladolid demostraron que, si el equipo ofrece momentos de buen juego y grandes dosis de entrega, no dejan de estar a su lado y darle su apoyo.
