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Vallori imparte clase en el césped

El capitán del Atlético Baleares compagina su faceta de futbolista con su pasión como técnico en un equipo infantil del club

Guillem Vallori, en el centro de la imagen, entrena esta temporada al infantil de primer año del Atlético Baleares. b. ramon

Futbolista por las mañanas, técnico por las noches. Capitán en sesión matutina, entrenador en la vespertina. Guillem Vallori (Palma, 1982) es todo para el Atlético Baleares, pero esta temporada, si cabe, es todavía más. Capitán del primer equipo, indiscutible de Manix Mandiola, referente en la zaga blanquiazul y€ "¡Entrenador!"

"¡Míster, míster! ¿Toca partido hoy?", coinciden cual torbellino los 21 chavales que dirige el palmesano sobre el verde de Son Malferit. Son las ocho de la tarde y el infantil de primer año calienta motores. Al frente, ya desde el curso pasado, imparte clases Vallori. "Cogí a los chavales de alevín de segundo año la temporada pasada y este sigo con el mismo grupo. Ahora mismo estoy en dos bandos, a veces saco la faceta de entrenador mientras juego y a veces la de jugador mientras entreno. Acabo reventado, pero es enriquecedor", reconoce.

El central, de 37 años, compagina ambas facetas como puede. No siempre es fácil. Por suerte cuenta con la ayuda de su segundo, Javi Sánchez, su ayudante, Pepe Payeras, y el delegado del equipo, Toni Busquets. "Evidentemente no solo es entrenar. La gente puede pensar que llegas aquí montas cuatro conos y lo tienes hecho, pero para nada. Todas las sesiones llevan una preparación. Con los chavales entrenamos lunes, miércoles y viernes y los partidos son los domingos, así que de cada dos me suelo perder uno por estar fuera con el primer equipo. Me machaco, pero mantenerme activo me beneficia", asegura sin excusas.

"¿Que qué cansa más? ¿Si seguir las órdenes de Mandiola o dirigir a los chavales? Está muy parejo", reconoce entre risas. Si por él fuera extrapolaría muchas de las enseñanzas del técnico vasco a sus aprendices. "Es complicado trasladar entrenos porque todavía son muy pequeños, pero evidentemente hay ejercicios que sí que nos sirven. Con los niños intento siempre marcar los córners en zona como hacemos los mayores. A esta edad hacerles comprender que solo se tienen que preocupar del balón es complicado, pero trabajamos en ello", desvela el defensa blanquiazul.

Vallori, quien estudió Magisterio y posee el título de entrenador de fútbol nivel 2, es incapaz de esconder su competitividad siempre que hay una pelota de por medio. El mallorquín traslada a los pequeños su manera de entender el fútbol. "Mi objetivo es formarles y todos son conscientes de la importancia que tiene compaginar los estudios con el deporte, pero no nos vamos a engañar, mi intención es que los 21 juguen el día de mañana en el primer equipo. Te engañaría si dijera que los domingos no quiero ganar. Sabemos que a estas edades el fútbol es formativo, pero la competición aquí no se aparca. Cada fin de semana esto es como un examen", señala ambicioso.

La temporada que está firmando Vallori con el primer equipo va viento en popa. El 'Manix Team' ha ganado seis de los siete partidos que ha disputado. El Atlético Baleares lidera el Grupo I de la Segunda B pese a las grandes dificultades con las que se topó en el inicio del verano.

Hace ahora dos temporadas, el palmesano anunció que se bajaba del barco, pero la confianza que le brindó el preparador vasco y su gran rendimiento sobre el verde le obligaron a cambiar de opinión. "No sé todavía cuándo será ese día, pero me da la impresión de que lo voy a llevar bastante bien. Para que el choque de dejar el fútbol no sea tan grande, seguir como entrenador me parece una buenísima opción. Me satisface y creo que un día lo hará más incluso que jugar. Soy consciente de que todo se acaba, pero también sé que hay cosas que empiezan ", descubre el defensa sobre su adiós.

Vallori, formado en la cantera del Real Mallorca, recuerda con cariño aquellos años en el Miquel Nadal y en San Fernando. Como reconoce, para él el fútbol nunca fue solo un juego y entrenar en el conjunto bermellón o en el Atléitco Baleares es un examen temporada tras temporada: "Estás obligado a pasar una criba y el embudo cada vez se va haciendo más estrecho. Esto es el fútbol en este tipo de equipos y hay que aceptarlo".

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