Punto y final a una gran temporada. Bajo un calor asfixiante, el Mallorca B se despidió del ascenso tras empatar a cero frente a Las Rozasempatar a cero frente a Las Rozas y no conseguir remontar el resultado de la ida (2-1). El filial mallorquín no se sintió cómodo en ningún momento del encuentro y mostró una pobre imagen de juego. Los de Robles no pudieron con el buen planteamiento y la veteranía del conjunto madrileño.

Con un Son Bibiloni a reventar de aficionados mallorquinistas y Vicente Moreno -técnico del primer equipo- como espectador de lujo, el encuentro no arrancó de la forma esperada para el Mallorca B. Los de Lolo Escobar salieron muy enchufados, con la idea de estar bien juntos atrás y salir rápido al contrataque. De hecho, fue el equipo madrileño quien generó más peligro durante la primera parte. Corría el minuto 9 cuando Goal, solo ante Boison, desaprovechó un balón franco para adelantar a su equipo.

Por su parte, el Mallorca B salió tímido, atascado en ataque y temeroso de recibir un tanto que les hubiera dejado prácticamente fuera. Se tuvo que esperar al minuto 45 para ver el primer disparo a portería. Ibrahim recibió un buen centro de Ocaña, controló de espaldas y a la media vuelta soltó un fuerte latigazo que se encontró con los guantes de Yelko, muy seguro durante todo el partido.

Tras el paso por los vestuarios, el filial bermellón necesitaba cambiar el guión del encuentro y Robles decidió sustituir a un inoperante Víctor por Rober, buscando tener más presencia y profundidad arriba. El Mallorca B pudo decir adiós antes si el guardameta del filial no hubiese detenido un penalti ejecutado por Cruz, cometido inocentamente por Samu en el minuto 52. La parada supuso un soplo de aire nuevo para el equipo, que vivió sus mejores minutos del encuentro, acechando el área de Las Rozas aunque sin llegar generar ocasiones claras de peligro.

Robles, expulsado tras protestar al árbitro un lance del juego, metió en el campo a toda la artillería de la que disponía con Tovar y Arasa, pero no dio resultado. El conjunto madrileño demostró tener muchas más tablas y veteranía que el Mallorca B, y supo como encarar el partido en todo momento, haciendo que no se jugara prácticamente a nada en los minutos finales. Una tangana entre jugadores de ambos equipos en el tiempo de descuento, que se saldó con un expulsado para cada equipo, fue el punto y final de un encuentro en el que el Mallorca B no dio nunca la sensación de poder remontar la eliminatoria.

Con el pitido del colegiado, los jugadores del filial mallorquín acabaron en el suelo entre lágrimas, mientras que los futbolistas del conjunto madrileño celebraron el triunfo con la afición desplazada a Son Bibiloni. Triste final en una gran temporada para el equipo de Robles, que dice adiós al ascenso a Segunda B, al igual que ocurrió la temporada pasada. Toca volver a contruir un nuevo proyecto para conseguir el ascenso a la categoría de bronce.