Posiblemente nunca antes se había dado una situación tan propicia como la actual, con tres equipos mallorquines en la rampa de salida para intentar el ascenso de categoría. Los tres, Mallorca, Atlético Baleares e Iberojet Palma llegan pletóricos a final de temporada y con todas sus aspiraciones intactas. No se sabe cómo acabará la historia, pero a principio de temporada cualquiera de los aficionados a estas tres instituciones seguramente hubiera firmado llegar así al momento donde se decide todo.
El Mallorca dio el sábado un golpe de efecto en La Rosaleda. Ante un rival directo, consiguió una victoria, no exenta de suerte, que le mete de lleno en la lucha por el ascenso. Incluso el directo. El equipo de Moreno, que ha conseguido que sus jugadores lleguen al final del trayecto en un estado de forma descomunal, se ha instalado en la cuarta posición, con 61 puntos, desbancando a un Cádiz que se dejó dos puntos importantísimos en su visita al Rayo Majadahonda. El conjunto de Álvaro Cervera es el que peor calendario tiene. De las seis jornadas, cuatro son ante rivales directos.
Que el gol de la victoria lo firmasen dos jugadores suplentes es algo más que una anécdota. Significa que Moreno tiene a sus jugadores enchufados, del primero al último, dispuestos todos a aprovechar las muchas o pocas oportunidades que se les presentan. El centro de Abdón, todo corazón, fue exquisito. No menos destacable fue el remate de Leo Suárez, fuerte y colocado al único sitio donde no podía llegar el portero del Málaga.
El Atlético Baleares, por su parte, está más cerca que ningún otro de su primer gran objetivo, acabar primero de su grupo. Tras su sufrida victoria de ayer ante el Valencia Mestalla, con remontada incluida, el equipo de Mandiola está a una sola victoria de proclamarse campeón de su grupo. Y, lo más importante, la posibilidad de ascender en una sola eliminatoria. Es la gran oportunidad para un club sufriente, siempre al filo de la navaja y que en 2006 -no hace tanto- competía en las catacumbas de la Preferente. La dupla Volckmann-Mandiola funciona de forma sincronizada, con un único objetivo: el ascenso a Segunda, donde está haciendo méritos para militar.
El final de temporada del Iberojet es para quitarse el sombrero. Ante el Oviedo sumó su séptima victoria consecutiva y se ha encaramado a la tercera plaza. Desde los tiempos del Prohaci Patronato, y ya ha llovido, el baloncesto mallorquín no estaba tan cerca de ascender a ACB. En aquella ocasión se falló en el último partido ante el Cáceres. Hay que confiar en que ahora la historia sea diferente.
La decepción de la jornada se ha producido en el fútbol sala. Lo tenía todo a favor el Palma Futsal para acabar cuarto la Liga regular. Se enfrentaba en el Palau a un rival, el Cartagena, que no se jugaba nada. Pero todo salió al revés. Cuando parecía que la victoria estaba atada, con el gol de Mati Rosa a falta de 23 segundos, los cartageneros empataron y arruinaron las aspiraciones de los de Vadillo con un gol en propia puerta a siete segundos del final. La consecuencia: el Palma Futsal se jugará los cuartos ante el Movistar Inter con el factor cancha en contra. Una mala noticia. Aunque los mallorquines ya saben lo que es ganar en la pista de su todopoderoso rival.
Mariona Caldentey fue la artífice de la clasificación del Barcelona para la final de la Liga de Campeones. Marcó de penalti ante doce mil espectadores, y el gol se lo dedicó a su padre, recientemente fallecido.
