Buena parte de las instalaciones del Hipòdrom de Manacor sufren y evidencian una grave situación de degradación y abandono. Un estado de ruina que se ha agudizado especialmente a lo largo de los doce últimos meses. Con enormes deterioros de sus múltiples dependencias que convierten al Municipal en una trampa y en un peligro para el público que cada semana acude al recinto para seguir los entrenamientos de caballos o la disputa, los sábados, de sus características carreras al trote.

El servicio de mantenimiento del Institut de l'Esport Hípic del Consell de Mallorca, organismo que preside el polémico Jaume Ramis y que cuida de la gestión y conservación del hipódromo, se muestra incapaz de ofrecer una correcta respuesta día a día a las reparaciones, limpieza, jardinería y los diferentes servicios necesarios para conservar en correctas condiciones unas instalaciones con más de medio siglo de existencia. Con la mayor parte de sus dependencias al aire libre y abiertas al público, de forma gratuita, de lunes a domingo.

Una de las zonas donde más se aprecia el descuido, abandono y deficiente mantenimiento del Hipòdrom de Manacor se concentra en las terrazas del bar antiguo del Municipal. Un servicio de restauración que permanece cerrado desde la Diada del Divendres Sant del año pasado. Coincide que, como se puede apreciar en fotografías captadas el pasado sábado, 30 de marzo, el pavimento de la terraza está en ruinas y la construcción evidencia una situación de degradación alarmente. Con el agravante de que se trata de una zona habitual de juegos de los más jóvenes que visitan el hipódromo y que se encuentra situada junto a un parque infantil.

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