Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión

Dembélé hereda al declinante Messi

Dembélé hereda al declinante Messi

Dos Madrid-Barça en un solo día es un caso de glotonería. Uno de ellos se disputó con violencia, y el otro en el Supremo. El duelo de Rajoy contra el independentismo catalán se reprodujo en sesión de noche en el Bernabéu, con menos bríos. Si no juega Isco, no cabe hablar de clásico.

Aunque hay madridistas que con gusto meterían en la cárcel a sus estrella holgazanas, la condición de presos correspondía en ambos Madrid-Barça a los azulgrana. Empezar el partido de vuelta clasificado, equivale a mantener a tu rival en prisión preventiva. Los grilletes lastraban en la primera mitad a los barcelonistas, que han descubierto el juego aéreo al liberarse de las exigencias estéticas de Guardiola. Se liberarían tras el descanso.

Messi siempre es un capítulo aparte. No contemporiza cuando agarra el balón, pero se dosifica. Episódico, juega lo suficiente para despertar en el espectador la nostalgia de lo que se perderá con su extinción. El Madrid lo afrontó además con la rudeza que ha popularizado el Getafe, ni un solo dribling sin castigo físico.

Con todo, el aroma de Messi fue suficiente para clasificar a los barcelonistas. Su heredero Dembélé imitó el sprint habitual del argentino, en los dos primeros tantos que volcaron la eliminatoria. El francés se encargó de retrasar el pase letal desde la línea a Luis Suárez y al atolondrado Varane, parecían goles de imitación.

En la dinastía de los mitos, cuesta imaginar que Vinicius suceda al argentino declinante. El brasileño golpea paralizado por el miedo. Lo demostró en sus tres falsos remates consecutivos, de los minutos 36, 37 y 41. Benzema ejerció de Rajoy, mejor que se las arreglen sin mí y no me importunen. Testigos sin compromiso.

Compartir el artículo

stats