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Motociclismo

Lorenzo-Mir, dos estrellas para 2019

Los dos pilotos mallorquines de MotoGP parten de cero la próxima temporada con el cambio a Honda y Suzuki

Joan Mir y Jorge Lorenzo.

Dos mallorquines. Perdón, dos de esos inmensos deportistas mallorquines que han convertido nuestra isla en uno de los principales referentes, en España y en todo el planeta, del deporte de élite. Jorge Lorenzo es un auténtico pentacampeón, un tremendo tricampeón de MotoGP, y Joan Mir, campeón de Moto3, se han convertido ya, a su manera, a su estilo y, sobre todo, considerando sus armas, en dos de los auténticos referentes del próximo Mundial de MotoGP.

Evidentemente, no tiene nada que ver la (nueva) situación de Lorenzo, inmerso en el equipo que ha dominado el Mundial de la categoría 'reina' en los últimos años, de la mano, no solo de Honda, que acaba de conquistar su 24º título de constructores, el más valioso, sino también de la petrolera Repsol, actual campeona de escudería, y, por supuesto, teniendo como punta de lanza al joven catalán Marc Márquez, de 25 años, ganador de cinco de los últimos seis campeonatos del Mundo de MotoGP.

Un poquito más allá, en uno de los boxes más coquetos, pulidos y azul esperanza del 'paddock' de la categoría 'reina', está el equipo Suzuki, de la mano de uno de los grandes protectores de Valentino Rossi, el italiano Davide Brivio. Ahí, con una moto que empieza a acercarse cada vez más a la victoria, de la mano del catalán Àlex Rins, se encuentra Mir, que ha tenido cuatro prometedoras sesiones de entrenamiento en las últimas semanas, coronadas con una amplia sonrisa, pero también con una tremenda caída, en Jerez, donde se pudo hacer mucho daño.

Los objetivos que se fijan uno y otro piloto no tienen nada que ver. Lorenzo, que a mediados de temporada llegó incluso a meditar dejar las carreras y dedicarse a otras cosas lejos del Mundial, tuvo la oportunidad de ofrecerse, en una charla secreta, en Montmeló, a Alberto Puig, nuevo director deportivo de Honda, y ambos aceptaron el reto de intentarlo al unísono. Evidentemente, tanto Puig como Lorenzo saben que al primero que tiene que ganar el tricampeón mallorquín es a Márquez, el mejor campeón de las últimas décadas. "Quien crea que Lorenzo no ganará carreras, es que no tiene ni idea", dijo Márquez en el campus con niños de Rufea (Lleida).

Mir, mientras, sabe que lo primero que tendrá que hacer es alargar aún más su toma de contacto con la poderosa Suzuki y, sobre todo, evitar caídas tan peligrosas como la que se produjo en los entrenamientos en Jerez. "Fue culpa mía, fue una auténtica caída de 'rookie', es decir, neumático delantero duro, frío y sin probar. Por suerte, no fue nada y pudo haberlo sido, sí, pues la caída fue muy fea". Mir contó que, nada más regresar al box procedente de la clínica del circuito, "me subí a la otra moto y bajé mi tiempo, lo que significa que seguí con la tónica: mejorar mi crono en cada salida".

Nada se sabe de cómo ha ido la toma de contacto de Lorenzo con su nueva Honda RC213V. Nada se sabe de las dos sesiones vividas en Cheste (Valencia) o las dos de Jerez. Sí se sabe que los tiempos fueron cada vez mejores que conectó enseguida con todo su equipo, liderado por Ramón Aurín, extelemétrico de Dani Pedrosa y técnico del japonés Takaaki Nakagami. Se sabe que toda Honda estuvo pendiente del tricampeón mallorquín. Y se sabe que no hubo ni un solo símbolo de Honda, ni una sola ala, ni sol alguno de Repsol ni en su moto ni en la decoración de su boxe, por petición de Ducati para ceder a su piloto antes de que expire su contrato bianual, a razón de 12.5 millones de euros por temporada.

Mir asegura que la moto no le ha sorprendido nada. Es decir, que sabía que corría mucho y que frenaba más. "Y también que me costaría pillarle el truco al tema de la centralita electrónica, pues si los que ya llevan años en MotoGP aún tienen dudas, imagínate los que acabamos de llegar". Mir, eso sí, cree que este invierno, es decir, diciembre y enero, tendrá que machacarse "un poco más" en el gimnasio "pues hace falta tener más fuerza en los brazos". "La Suzuki, pese a todo, es muy agradable de pilotar y tengo la sensación de que, desde el primer instante, era yo quien la llevaba a ella y no al revés, lo que es muy importante, sobre todo para ir progresando".

En cuanto a Lorenzo, según reconoció Márquez en esa misma charla en el campus de Rufea con 20 niños seleccionados en España, Inglaterra, Croacia e Italia, de 10 a 13 años, 17 niños y 3 niñas, todo sigue la línea esperada. "Coincidí con Jorge en el desayuno del jueves en el hotel y charlamos escasos minutos pero, afortunadamente, coincidimos plenamente en lo bueno y malo, o mejorable, de nuestra moto para la próxima temporada. Y eso demuestra que se está haciendo con sus manos muy deprisa".

También hay que reconocer que, secretamente, Honda y sus ingenieros llevaban ya varios meses trabajando en la máquina nueva de Lorenzo y, por tanto, cuando el mallorquín se subiópor vez primera a la RC213V japonesa se llevó la sorpresa de que todo lo que necesitaba en cuanto a medidas, tamaños y posición le venía perfecta, a su gusto. Es más, hasta mostró su sorpresa por todo ello ante Alberto Puig, que no tuvo más remedio que decirle: "Esto te demuestra lo mucho que Honda espera de ti".

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