Todavía no ha alcanzado la mayoría de edad, pero ya ha hecho historia. La Federació de Futbol de les Illes Balears cuenta al fin con un Mundial en su palmarés y todo se lo debe a la marratxinera Cata Coll. Antes lo intentaron futbolistas de la talla de Pepe Gálvez, Xisco Nadal, Miquel Àngel Moyà o Patri Guijarro, pero todos se quedaron con la miel en los labios. Este sábado la mallorquina elevó el listón y apuntó el primer campeonato del mundo a las vitrinas del fútbol balearprimer campeonato del mundo a las vitrinas del fútbol balear.

Cata Coll mira el mundo con la timidez que le otorgan sus 17 años, pero bajo los tres palos la de Pòrtol se transforma y evidencia un descaro poco común en una chica de su edad. Su currículo, ya envidiable, habla por sí solo.

Bajo su responsabilidad, la selección sub-17 consiguió cinco metales en otros tantos grandes campeonatos: dos oros en el Mundial y en el Europeo de 2018, dos platas en los Europeos de 2016 y 2017 y un bronce en el Mundial de 2016, en Jordania. Además, el seleccionador de la sub-20, Pedro López, le dio las riendas de la portería el pasado agosto, durante el campeonato del mundo que se disputó en Francia y en el que España se colgó la presea plateada.

Para Cata todo empezó en el Sant Marçal. Durante ocho años la mallorquina vistió la elástica del club de Son Caulelles y se convenció de que el fútbol estaba hecho para ella. El Cide y el Marratxí la vieron crecer y fue en el Collerense, el equipo de sus 'jabatas', donde alcanzó su lado más maduro.

"Tengo los pies en el suelo y quiero terminar mis estudios en Mallorca. El año que viene veremos si puedo dar el salto a Primera. Mi sueño es jugar en la elite, pero mi realidad es el 'Colle' y el próximo Mundial sub-17 de Uruguay", reconocía hace solo dos meses a este diario.

Con el objetivo del campeonato del mundo ya en el bolsillo, el equipo de Ca Na Paulina es consciente de que este será el último año que podrán retener a la guardameta mallorquina entre sus filas. Los técnicos dicen de ella que es rápida, exigente y perfeccionista y que tiene un don especial para manetener la calma en los momentos de tensión.

Cata brindó el pase a semifinales a su equipo durante el presente Mundial al detener dos penas máximas en la tanda de penaltis ante Corea del Norte. Sus actuaciones le han valido el Guante de Oro y un reconocimiento más que merecido a su gran trabajo. Es presente y futuro del fútbol femenino español. Es el mayor orgullo del fútbol balear.