A los quince segundos de juego de la segunda parte todo cambió. Nada más iniciarse el segundo periodo, con 0-2 a favor gracias a los goles de Lago Junior en la primera mitad, todo se torció. Fue un mal pelotazo. Un pelotazo a las 'partes nobles' de Salva Sevilla que dieron un giro total al partido. El Mallorca mantenía en el campo a su goleador, pero perdía al faro. El guía espiritual y futbolístico del equipo, Salva Sevilla pedía el cambio a consecuencia de ese maldito pelotazo y ahí se acabó el Mallorca. Ya nada fue igual el resto del partido y poco a poco el Zaragoza, con cambios físicos y tácticos, se adueñó de un partido que tenía perdido.
El Mallorca volvió a tener oportunidades de gol en las botas de Álex López y de Aridai, éste último como en Oviedo desperdiciando un mano a mano contra el portero rival, pero al final, gracias al guardameta manacorí Miquel Parera, hasta se evitó la derrota. Y la verdad es que se te queda cara de tonto, porque aunque antes de empezar un partido en La Romareda contra el Zaragoza firmarías un empate, lo cierto es que ganando 0-2 al descanso, el empate se te queda en nada aún siendo un buen resultado.
Ya dije en su día que tanto empate me fastidia, pero también es cierto que es una manera de no perder cuando no puedes ganar. ¡Maldito pelotazo!
