En la página 5 de este suplemento tienen bien especificado el palmarés de Alba Torrens, por lo que no se preocupen, en estas líneas no se les va a marear contando la retahíla de medallas que adornan la carrera de esta deportista ejemplar. Ayer, ante Bélgica, la jugadora de Binissalem, junto al resto de compañeras, se colgó otra presea, la de bronce en este caso. Un bronce de mérito porque Alba, dicen que la mejor jugadora española de baloncesto de la historia, ha disputado este Mundial de Tenerife en inferioridad de condiciones físicas. Unas molestias en la rodilla derecha han provocado que sus números hayan sido, por una vez, de este planeta, y no haya podido marcar la diferencia como tantas otras veces. El viernes, solo la gigante australiana Cambage evitó que la selección española se colgara la plata, porque se daba por supuesto antes del campeonato que el oro es para Estados Unidos.
Ejemplar Alejandro Valverde. De una campeona a un campeón. En este caso del mundo, como Alejandro Valverde. A sus 38 años, el ciclista murciano dio ayer toda una lección de pundonor al conquistar el campeonato del mundo de fondo en carretera. Es su séptima medalla en este tipo de carreras de un ciclista de los que ya no quedan. A su lado, hasta poco del final, Enric Mas, que pagó el esfuerzo de una temporada muy exigente que alcanzó su punto álgido con la segunda plaza en la Vuelta a España. No se le puede pedir más a un ciclista de 23 años que está llamado a protagonizar grandes gestas en las próximas temporadas. Otro Mas, el saliner Lluís, también ha sido noticia esta semana por su fichaje por el Movistar de Valverde y Quintana, un salto cualitativo que se ha ganado a pulso por su regularidad en el Caja Rural. Con estos dos corredores y Mavi García, el ciclismo mallorquín goza de muy buena salud.
Un punto para valorar. El Mallorca arrancó un valioso empate en el Anxo Carro de Lugo, un escenario que históricamente se le da muy mal. El punto hay que valorarlo como se merece porque, pese a haber estrellado dos balones a la madera, también es verdad que el equipo gallego tuvo sus ocasiones, algunas claras. Lo más importante es la reacción del equipo al tempranero gol local -como ante el Albacete la jornada anterior, el equipo entró al partido dormido-, no se rindió y creyó desde el primer momento en la igualada. El Mallorca de Moreno sabe competir, un punto de partida importante, sino definitivo, para soñar con objetivos algo más ambiciosos que la permanencia.
El Baleares respira. Tras un inicio titubeante, lo importante son las victorias, aunque sean de forma agónica, como la de ayer ante el Conquense. El equipo de Mandiola sufrió más de la cuenta, sobre todo tras conseguir una ventaja de dos goles. Los nervios están a flor de piel en Son Malferit en una temporada en la que se aspira a pasar una temporada tranquila. Los tres puntos de ayer, sin duda van a ayudar.
La gran fiesta del Palma Futsal. El club que preside Miquel Jaume celebra esta noche por todo lo alto sus veinte años de existencia. Y lo hace como se merecen, con el equipo con pleno de victorias y con la que posiblemente es la mejor plantilla de su historia. Han sido veinte años de éxitos, de saber hacer bien las cosas, sin ruido y con mucha modestia. Enhorabuena.
Mario Mola también se ha ganado un baño de multitudes, el del miércoles en Calvià, por su tricampeonato del mundo de triatlón. Un deportista diez. También mallorquín.
