Central colombiano de imponente figura, 1´93 m. y solo 23 años, con una envergadura que asusta en sus acciones en el juego aéreo. Hace unos días hablé desde este espacio de dos héroes en la primera fase del mundial de Rusia, el portero egipcio El-Hadary y el defensa central panameño Baloy. El primero por ser el futbolista más ´viejo´ en la historia de los mundiales con 45 años y el segundo por haber marcado el primer gol en la historia de Panamá en dicha competición.
Recordando esto, apunto otro nombre: Yerry Mina. En el Barcelona no cuenta, no se le presta ni atención de no ser por sus salidas al césped descalzo por algo así como un ritual antes de los partidos cuando está convocado. Sus minutos de azulgrana han sido testimoniales y se llegó a sospechar de que era un fichaje ´raro´, ´interesado´, de esos que se hacen por causas más económicas que deportivas, tanto es así que en el Barça se estaban pensando y planteando una cesión cuando, visto su rendimiento en este Mundial con la camiseta de su país, quizá deberían replantearse quedárselo o, si de verdad no lo quieren, traspasarlo porque quizá sea el momento de obtener algún beneficio por él.
Yerri Mina se ha convertido, con tres goles, en el segundo goleador histórico de Colombia tras James con seis y por delante de mitos como Valderrama, Asprilla o Rincón por citar a algunos, y no debemos olvidar que Mina es un central. Además ya es junto a históricos como los alemanes Breitner en 1974 o Brehme en 1990, también con tres goles, el defensa más goleador en un mismo mundial. Yerry mina marcó el primero en el 0-3 de Colombia ante Polonia. Anotó el segundo en la victoria por 0-1 ante Senegal y el tercero en octavos de final ante Inglaterra en el minuto 94 dando el empate a su selección y el pase a la prórroga ante los ingleses. Luego Colombia caería en la tanda de penaltis. Si en este Mundial de Rusia-2018 hay que buscar una reivindicación futbolística, sin duda que Yerry Mina es el mejor protagonista posible.
