A los 31 años, Rafel Nadal Parera sigue ganando como a los 19. De forma arrolladora, sin dejar el más mínimo respiro a sus rivales, dominando en la pista en casi todas las facetas del juego. Tras su aplastante victoria sobre el sudafricano Kevin Anderson en la final del Abierto de Estados Unidos, levantando el trofeo por tercera vez en Nueva York, el tenista de Manacor sumó su decimosexto torneo de Grand Slam, el segundo este año tras su décimo Roland Garros.

De esta manera mantiene la diferencia con su gran rival de siempre, el suizo Roger Federer, de tres títulos grandes de diferencia. El helvético, eliminado en Flushing Meadows en cuartos de final por el argentino Juan Martín del Potro, ha conquistado este 2017 el Abierto de Australia, al derrotar precisamente en la final a Nadal, y Wimbledon por octava vez con una autoridad impropia de un deportista de 36 años, que se supone que está en el ocaso de su carrera. No en el caso de Federer, que ha cambiado hábitos de entrenamiento y de vida, además del aumento del tamaño de su raqueta. La diferencia entre ambos se mantiene en este apartado a la espera de lo que pueda suceder en 2018, donde reaparecerán el serbio Novak Djokovic y el escocés Andy Murray, auténticos dominadores del circuito en los últimos años y se supone que recuperados de sus respectivas lesiones. También volverán el suizo Stan Wawrinka, víctima de Nadal en la final de Roland Garros, y el japonés Kei Nishikori.

La gran pregunta que está en boca de los aficionados es si Nadal será capaz en lo que resta de su carrera de alcanzar a Federer en números de Grand Slam. Los expertos dan por hecho que el mallorquín tiene en su mano, al menos dos títulos más en París. De trece participaciones, solo ha dejado de ganar en tres: en 2009 ante el sueco Robin Soderling en los octavos de final; en 2015 cuando fue eliminado por Djokovic en los cuartos de final, y el año pasado cuando se tuvo que retirar lesionado en pleno torneo por la lesión de muñeca . El resto, todo victorias. Retirado Federer de la temporada de tierra, pocos son los tenistas capaces de derrotar a Nadal sobre tierra a cinco sets.

Australia, el Grand Slam que cada año abre el curso tenístico, también es un torneo propicio para el mallorquín, pese a ser el grande que menos veces ha conquistado, solo una, en 2009 ante Federer, que pasará a la historia por las lágrimas del suizo en la ceremonia de entrega de trofeos. Pero Nadal ha llegado otras tres veces a la final de Melbourne, con derrotas ante Djokovic (2012), Wawrinka (2014) y la de este año ante Federer. Es un torneo que le gusta y que se adapta a sus condiciones. De conquistarlo el próximo año se convertiría en el primer jugador en la Era Open (1968), y el tercero en toda la historia del tenis en ganar cada uno de los cuatro 'majors' al menos dos veces.

El US Open ya ha demostrado con creces que es una cita que se adapta a sus condiciones con sus tres títulos y una cuarta final que perdió en 2011 ante un Djokovic imbatible aquel año. La hierba de Wimbledon es la que peor se adapta a sus condiciones, como ha quedado demostrado una vez más este año al caer en octavos ante el cañonero luxemburgués Gilles Muller.

Nadal, con 74 títulos en su carrera, y Federer, con 93, mantienen una rivalidad que se prolonga durante trece años. Y parece que quedan unos cuantos más.