Patricia Ramírez cuenta con una notable experiencia en clubes y con deportistas de alto nivel. Fue una de las protagonistas del coloquio ´Jugamos con la elite´, que fue organizado por el Consell de Mallorca.

-En pleno siglo XXI, ¿se acabó aquello de la mano dura en el deporte?

-Yo creo que se acabó la mano dura ya en cualquier tipo de educación, aquello de que la letra con sangre entra, no entra ya. A día de hoy convencen los argumentos, no la autoridad.

-¿A quién le cuesta más digerir que el niño no va a ser Messi? ¿Al padre o al hijo?

-El problema que hay hoy en día es que las expectativas que tienen los niños se las generan los adultos. El niño no se frustra si no le generas expectativas falsas. El niño va a jugar y a pasárselo bien con los amigos, en el momento que le hacen creer que puede llegar a algo más, pues es normal que se lo crea y cuando le dicen que no va a llegar a lo que aspira, se frustra. La solución consiste en no crear ningún tipo de expectativa falsa, de esa forma no existirá la frustración.

-¿Necesitan más psicología deportiva los padres que los niños?

-Los padres lo que verdaderamente necesitan es sentido común, más que psicología deportiva. ¿Qué es? Educa a tus hijos en hábitos de vida saludable, que practiquen un deporte, se diviertan, se relacionen con gente, aprendan valores y si en algún momento el chico destaca, ya te avisará el entrenador.

-¿Qué deporte le aporta más importancia a la psicología?

-Cualquier deporte individual resulta un escaparate para cualquier deportista. El tenis, la natación, el ciclismo, el atletismo? Aunque sí es cierto que cada vez son más los deportes en equipo que incorporan a un psicólogo en sus filas. Todos los deportes que se pueden permitir económicamente un psicólogo empiezan a incorporarlo en su equipo de trabajo. Hay que tener en cuenta que la psicología en el deporte es un coste más añadido a una estructura y, tal como están los clubes hoy en día, hay veces que no se pueden permitir contratar un psicólogo en el deporte.

-¿Cómo se gestionan mejor los fracasos deportivos, individualmente o en grupo?

-En grupo, indiscutiblemente. Siempre te puedes encontrar con una personalidad que anime al resto de compañeros, que pueda tener una visión positiva del fracaso, siempre hay alguien que dice aquello de 'aquí no pasa nada, no importa'. Cuando eres tú solo, el fracaso solo recae en ti y es mucho peor.

-¿Los éxitos también deben gestionarse?

-Evidentemente. En los éxitos hay que tratar de ser muy humilde y en los fracasos muy valiente. El éxito hay que saber gestionarlo, saber qué te ha llevado al éxito, hay que analizar todos los pasos para saber cuáles hay que repetir.

-¿En qué puede ayudar un psicólogo que no pueda hacerlo un entrenador?

-Partiendo de que el psicólogo ha estudiado una licenciatura de cinco años, más un máster de psicología del deporte, más un doctorado, creo que saben cómo funciona la mente, cómo responde un comportamiento que un técnico no sabe. Un técnico puede tener carisma, liderazgo, carácter motivador, pero no sabe cómo funciona la mente.

-¿Qué elementos intervienen en la psicología del deporte?

-Los pensamientos, las ilusiones y la ejecución deportiva. Da igual el deporte que sea porque las variables psicológicas siempre serán las mismas. En ocasiones pueden cambiar los focos de atención y ser más o menos amplios, pero los elementos en cualquier deporte siempre son los mismos.

-El que fuera entrenador del Real Mallorca la última temporada, Sergi Barjuan, criticó la carencia de un líder dentro del vestuario bermellón. ¿Es tan importante esa figura?

-Es evidente que se necesita la figura de jugadores con peso. Cuando yo estuve de psicóloga en el Mallorca recuerdo la figura de muchos líderes. Estaban Fernando Navarro, Moyà, Aouate, Aduriz, Pep Lluís Martí... si tú tienes un Pep Lluís en el vestuario, no necesitas nada más. Hay gente que es capaz de transmitir los valores del club, de coger a alguien del filial y decirle qué tiene que hacer, de tomar la iniciativa en el campo.

-¿Los líderes nacen o se hacen?

-Es un poco las dos cosas. El liderazgo no es algo solamente genético, tiene una parte importante de empatía, capacidad de comunicar, pero el resto de cosas se pueden entrenar.

-¿Qué recuerda de su época en el Real Mallorca?

-Mucha satisfacción porque fueron cinco años muy buenos. Cogimos al equipo cuando destituyeron a Cúper, últimos de la tabla. Conseguimos salvarlo y fueron cuatro temporadas buenísimas, un momento muy dulce para el Mallorca, con muy buenos jugadores.

-¿Manzano por sí solo ejercía ya de psicólogo?

-Manzano tiene una virtud muy grande que es la gestión de grupos. Hoy en día que el fútbol está tan profesionalizado, donde los jugadores saben que tienen que cuidarse, que tienen que estudiar? tener a una persona que sabe gestionar personas es, sin duda, un valor añadido.