Prudente, reservado, atento. Así es Dani Vadillo, asistente personal y entrenador del piloto mallorquín Joan Mir. Sentado a su lado, Vadillo escucha las palabras del joven piloto con admiración, quizás sorprendido de haberle visto madurar a pasos agigantados. "Es un chaval con el que se trabaja muy bien, siempre ha sido un piloto muy obediente", relata el mánager. El año pasado, tras el parón veraniego en la competición, Vadillo y Mir decidieron marcar un punto de inflexión en la carrera del piloto. "Analizamos cada carrera hasta el momento, la primera parte de la temporada no fue del todo bien, intentamos cuadrar todo para obtener los resultados que queríamos en la segunda parte de la temporada, hicimos varios cambios y al final se mejoró", explica el asistente personal de Mir. Su trabajo durante la carrera se limita a observar, estudiar a su pupilo y pasar muchos nervios. Desde el muro, el mánager poco puede hacer. "Desde que apareció en la entrada de recta hasta que pasó por la línea de meta se hizo eterno, me dio la impresión que había recorrido cinco vueltas en esos segundos. Se pasan nervios, pero disfrutamos mucho", relató.