Carlos Martínez, entrenador del Santa Catalina Atlético, pertenece al género de técnicos 'pirados' por el fútbol, capaces de cualquier cosa con tal de buscar la motivación y el esfuerzo extra a sus futbolistas.
Aprovechando su condición de 'plumilla deportivo' cuando daba sus primeros pasos en el mundo de los banquillos, este administrativo tramitador de lesiones de tráfico en una compañía de seguros, es capaz de enviar vídeos por watshap a sus jugadores con montajes de partidos preparados por él o de verter su opinión en las redes sociales de cómo fue el partido con su particular visión. Y todo, por hacer lo que más le gusta en este mundo -aparte de estar con su familia y sus dos retoños-, entrenar.
Él mismo se reconoce como "un loco del fútbol". "Llevo veinte años entrenando -tiene 39-, he pasado por todas las categorías... muy normal no debo ser. Otros ya se hubiesen cansado de entrenar, pero en mi caso siempre me vuelvo a enganchar", asegura.
Como tantos y tantos entrenadores del balompié balear, su sueño sería vivir de los banquillos. "Lo que ganamos en el fútbol regional da para ir a cenar con la mujer y darte algún capricho", señala, aunque él esté entrenando en un equipo "que cumple con lo que pactas, y eso ya es mucho tratándose de un club muy humilde, de barrio, que se estrenará en Tercera y que no tiene medios para pargar a los jugadores". "Los únicos que cobramos somos nosotros, el cuerpo técnico", sentencia.
Con estos antecedentes, mérito tiene el haber quedado campeón de la Preferente de Mallorca con un equipo confeccionado "desde la amistad, gracias a los años que uno lleva metido en el fútbol y en donde todos te conocen. Y a partir de jugadores que has tenido en otros equipos como en mi caso Víctor Sánchez, que ha jugado en Segunda B con el Baleares, y que viene aquí a retirarse, o como los de Nico Guzmán, Marcos Blázquez o Roberto Mateo, que dejaron el Collerense para venirse conmigo a este proyecto del Santa Catalina'", explica.
La crisis económica les ha beneficiado en este sentido. "Un jugador que tiene que irse a entrenar a 40 kilómetros de su domicilio para ganar 300 euros prefiere quedarse en Palma, jugar a dos minutos de su casa y entrenar con sus amigos tres veces por semana", asegura.
'El Profe', como también se le conoce por ser precisamente profesor en la Escuela de Entrenadores, destaca el nivel de la Liga de Preferente esta temporada. "Tengo claro que ha sido la más fuerte de los últimos diez años, con equipos como Cardassar, Rotlet, Santanyí, Esporles, Santa Catalina Atlético... y que nos hemos aprovechado de que los jugadores de categoría superior han elegido la comodidad de estar cerca de casa, entrenar tres días y estar con sus amigos que la exigencia de una Tercera", indica.
"De todo se aprende, las experiencias son eso y el fútbol nos tenía que dar lo que un penalti nos había quitado", recuerda Carlos Martínez, resumiendo así el pensamiento de sus futbolistas nada más iniciarse la pretemporada, con el mazazo muy reciente del ascenso frustrado en la tanda de penaltis frente al Son Cladera en junio de 2014. Dicho esto, y con el bloque de veteranos que tenían la espina clavada de no haber conseguido el ascenso, el Santa Catalina consiguió labrarse el camino hacia el título con la fórmula mágica de "aguantar el grupo de la Liga anterior, mejorando los números del año pasado, siendo nuestra línea de continuidad frente a equipos como Rotlet Molinar o Cardessar, cuyos equipos estaban por hacer". "Además, con compromiso y buen rollo en el grupo, es todo mucho más fácil", asevera.
Con el Santa Catalina en Tercera, ¿qué pasará con aquellos jugadores ya veteranos que recalaron en el club por estar en Preferente? "Ahora están dentro de un grupo en el que están cómodos, se encuentran bien y son amigos. Les pica el gusanillo de seguir un año más y en principio veteranos como Blázquez, Rubio, Nico, etcétera seguirán un año más, ya que para que hagan deporte en otro sitio, que lo hagan aquí y así los enganchamos un año más", declara Martínez, para quien la gestión de grupo es "algo prioritario, ya que más allá del compromiso que busques a nivel deportivo, lo que también buscas es crear un grupo humano que puedan llegar a tener incluso cierta amistad".
El técnico, por último, no esconde el objetivo marcado para la próxima temporada: "Salvar la categoría, con una base de 12, 14 jugadores que quedarán del Preferente, muchos de ellos con experiencia en Tercera, más los que estamos fichando y que conocen la categoría. Si se consigue la permanencia, será todo un éxito".
