El partido liguero entre Rayo y Athletic en Vallecas comenzó con quince minutos de retraso debido a los numerosos papeles y rollos de papel higiénico que la afición del conjunto local que poblaba las gradas del fondo del estadio arrojó al césped.

La cantidad de papeles que cayó al césped fue tan numerosa que desde la megafonía del estadio se advirtió en varias ocasiones que se dejaran de lanzar cosas, puesto que el partido corría riesgo de suspensión.

Para tratar de solucionar el incidente, numerosos recogepelotas y trabajadores del Rayo se dedicaron a recoger los papeles que habían caído al césped y que impedían ver la línea blanca del fondo que delimita la superficie reglamentaria.

Mientras, los jugadores de uno y otro equipo aguardaron el comienzo del encuentro de distinta manera. Los del Athletic tocando balón y haciendo rondos, y los del Rayo realizando ejercicios junto al preparador físico.

El árbitro, el andaluz Fernández Borbalán, supervisó en el fondo del estadio las tareas de recogida de los papeles hasta que a las 21:15, quince minutos después de lo previsto, dio el pitido inicial del encuentro.

Caída de una valla

Por otra parte, una valla del estadio de Vallecas, en la zona de tribuna baja lateral en la que había aficionados del Athletic Club, cedió por el peso y cayó al suelo en el momento de la celebración del segundo gol del conjunto bilbaíno, obra de Óscar De Marcos, que acudía en esa dirección para festejar el tanto.

Nada más caerse la valla, en el minuto 30 de partido, hasta el lugar de los hechos acudieron numerosos miembros del SAMUR, policía nacional, voluntarios y empleados del Rayo para atender a algún posible herido, como un chico que se hizo daño en un pie, y comprobar las causas del incidente.

Cuatro minutos después de caerse la valla, ante la incertidumbre del resto de público que poblaba el estadio, en su mayoría puestos de pie mirando en esa dirección, el partido se reanudó sin incidencias.