Desde el 26 de agosto de 2007 no jugaba en el Ono Estadi el delantero camerunés. Entonces se venció 3 a 0 al Levante. No marcó. Ayer, más de tres meses después Pierre Webó volvió a pisar su estadio, en su segundo encuentro oficial en casa con la camiseta del Real Mallorca, y no perdonó cuando le llegó una ocasión como la que significó el empate y su primer gol en la Liga.

Ibagaza, que no se deshizo de sus adversarios a lo largo del encuentro, disfrutó de un momento de tranquilidad cuando botó una falta desde 35 metros en el minuto 68. Como ya le regaló a Güiza en otros encuentros, el esférico fue medido al punto de penalti.

Ahí no estaba Webó, pero el internacional -que jugará la Copa África en enero- se acercó pitando a por el balón. Se desmarcó de su defensor y puso la cabeza con la técnica del que domina este tipo de situaciones. El africano movió la cabeza con la sapiencia de quien sabe lo que se trae entre manos. Una estirada de verdadero atleta que le devuelve la sonrisa. Celebró el tanto lanzándose en la hierba y rodeado por todos sus compañeros. "El gol sirve para sumar y me da mucha moral", reconoció en la zona mixta, sabedor que ha iniciado una nueva lucha para regresar a la titularidad que en agosto tenía asegurada. Comenzó en el banco y entró en el minuto 62 por un Juan Arango enfadado.

"Vengo de una lesión. Hay que tener un poco de paciencia. El resto lleva dos meses más de entrenamiento. Me quedo con la confianza que me da el míster", prosiguió el delantero. Aunque se sincera y advierte que está a otro nivel del resto, Webó matizó que jugar unos minutos en el Bernabéu y en el Pizjuán le han ayudado a rodarse: "Ayer me sentí contento y en buena forma. Me metí pronto en el juego".

"Cuando entramos en el vestuario y nos miramos las caras ya sabíamos que no hacíamos las cosas bien. El míster supo poner cada palabra en su sitio", comentó sin esconderse tras un mal primer tiempo. Eso sí, "hay que ser cautos con los árbitros". Es Webó.