El presidente del Real Mallorca, Vicenç Grande, se estrenó ayer en el estadio Santiago Bernabéu como presidente de la entidad rojilla y se marchó con una sabor amargo en una tarde aciaga para los intereses de su equipo. Florentino Pérez, que por la mañana había asistido a una asamblea ordinaria del Real Madrid, disfrutó con el juego de los suyos en una campaña en la que se exige ganar todos los títulos que disputa.