Una nueva temporada en el deporte base balear ya está aquí. Miles de niños y niñas comienzan una nueva andadura cargados de ilusión, pasión y metas. Unos llegarán a sus objetivos y otros no, aunque lo más importante, especialmente en estas categorías, es la formación, tanto deportiva como humana de la persona que practica el deporte.
En esta campaña que acaba de arrancar, la 2017-18, un tema prima en todas las federaciones y clubes de esta comunidad: la deportividad y todo lo concerniente a los valores dentro y fuera de los terrenos de juego; y tanto para los deportistas como para todas aquellas personas que rodean a los niños como pueden ser familiares, directivos, entrenadores o aficionados.
Si bien la enseñanza de valores ya era un tema importante en el esquema de cada temporada en las territoriales y en los clubes, varios desagradables incidentes ocurridos en la pasada edición, especialmente los sucedidos en un partido de fútbol infantil en Alaró el pasado mes de marzo, ha propiciado que todas las instituciones hayan centrado su interés en primar los valores por encima de logros deportivos, más acorde a categorías superiores.
Tanto la Direcció General d'Esports como algunos ayuntamientos y federaciones han elaborado códigos éticos o decálogos de buen comportamiento de cara a esta y próximas temporadas y aplicable a todos los integrantes del deporte sin ningún tipo de distinción.
Una de estas federaciones es la de fútbol, que fue la más perjudicada por los mencionados altercados que dieron la vuelta al mundo, y que es con diferencia la que registra más actividad al tener miles de licencias, lo que provoca que cada semana se jueguen cerca de quinientos partidos en Balears.
Un Código Ético
En el transcurso de la asamblea de esta territorial se acordó confeccionar un código ético y la tarjeta blanca, "una buena resolución para que el deporte sea mucho más limpio, y sobre todo desterrar de los campos de fútbol a esa gente que solo conocen la agresión y la violencia", señaló el presidente de la federación, Miquel Bestard.
Este código, que se ha elaborado siguiendo las conclusiones del I Congreso de Fútbol Base, se envió a los clubes para que lo estudiaran y, si lo consideraban oportuno, hicieran sugerencias. En el mes pasado se hizo el redactado final y fue nuevamente enviado a las entidades deportivas para que esta vez se adhirieran de forma definitiva.
Bestard explicó que el Código Ético consiste en una serie de normas que se pide que los clubes acepten para los equipos en edad escolar. "No es un reglamento, sino una adhesión voluntaria al buen comportamiento (no insultar, respetar los árbitros, rebajar la exigencia de ganar a los más pequeños, respetar a los seguidores de los otros equipos, aceptar que los niños juegan para divertirse y, entre otros, promover la formación de jóvenes futbolistas como personas)", señaló Bestard.
Los clubes son los que pueden imponer estas normas a través de una firma del código en el momento de fichar.
También se pide que lo rubriquen los directivos, los técnicos y los padres. Después el club, con un reglamento interno, lo que deberá hacer es un seguimiento y, en los casos más graves, aplicar sanciones.
La Federación ya aplica el reglamento del Fútbol dentro del terreno de juego, a través del árbitro y de los comités de competición. La aplicación de este Código Ético o de Buen Comportamiento será para el resto de los casos y se pide la responsabilidad del club y de sus seguidores, federados o no.
Bestard también ha explicado que desde la Federación se incentivará la aplicación de estas normas con las Tarjetas Blancas de los árbitros y con premios a los clubes, equipos, jugadores y aficiones a final de temporada.
