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Gente en la sombra

Juan Roca: "Para mí es un orgullo y todo un honor ser el socio número 1"

"Ahora te das cuenta de que antes éramos unos entusiastas y el fútbol más romántico"

Juan Roca posa en el terreno de juego del Sant Jordi después de la presentación de todos los equipos del club palmesano.

Se emociona al hablar del Sant Jordi y del Cade Paguera. Y no es para menos, fundó el primer club a principios de la década de 1970 y llevó a lo máximo al segundo, ya desaparecido y que casi ascidende a Segunda División B a finales de los ochenta. Presume de ser el socio número 1 del Sant Jordi y asegura que ahora disfruta viendo jugar a sus nietos en este club palmesano. Es Juan Roca (Palma, 1946).

-Fundador del Sant Jordi.

-Sí. Tengo este honor y me siento muy orgulloso de ello.

-¿Cómo surgió la idea?

-Sant Jordi antiguamente había tenido fútbol con un campo en Son Oliver, que en vez de ser un terreno de juego era una superficie de rocas. Después desapareció y tras veinte o 25 años sin fútbol la gente tenía muchas ganas en Sant Jordi. Un grupo de jóvenes, allá por los años setenta, decidimos intentar, y conseguimos, crear un club. La verdad es que fue un placer y una experiencia inolvidable.

-¿Fue fácil?

-Eramos unos entusiastas, ahora te das cuenta. Cuando empezamos a crear el club no fue nada fácil, había mucha ilusión pero nada más ya que ayuda económica apenas había. Para empezar teníamos que hacer un campo de fútbol y no había ningún sitio. Nadie nos quería alquilar un terreno, porque aquí se vivía de la agricultura y había mucho trigo y patatas. La solución llegó con una tía de un compañero de la directiva que tenía un solar y nos lo alquiló. Eso sí, era un rostoi de blat. No obstante, fue increíble ya que en un breve tiempo y sin dinero pudimos hacer real una demanda general.

-¿Cómo lo hicieron?

-La gente de Sant Jordi colaboró mucho aportando lo que había en ese momento, mano de obra. Gente con tractores aplanaban el campo, un carpintero hacía las porterías, un capataz enviaba a última hora a sus albañiles al campo. Para hacer la tribuna colocamos bloques que nos regalaron. La experiencia que se vivió fue única.

-Consiguieron implicar a todo el pueblo.

-La verdad es que sí. El fútbol antes era más romántico. Por la noche aquello parecía una verbena de la cantidad de gente que estaba trabajando. Y eso que solo había un foco de luz, pero éramos una familia. Recuerdo que un día llegué y vi a un terrateniente de la zona, que en aquellos tiempos tenían mucho poder y estatus, subido a la pala de un tractor colocando una red para que los balones no salieran por los laterales del campo. Hoy en día creo que se ha perdido un poco esta solidaridad.

-Es evidente que hemos cambiado.

-Por supuesto, y mucho. Ha cambiado todo. Hay cosas de estas que a mis hijos no se las puedo contar porque piensan que son batallitas. Y es que el cambio es tan grande...

-Pero no ha pasado tanto tiempo.

-No y sí. El cambio ha sido espectacular y a mejor. Hemos evolucionado muchísimo y en cosas que antes eran impensables. Una de las más positivas es que ahora el campo está en el pueblo y no en las afueras.

-Sant Jordi pertenece a Palma, aunque siempre se ha considerado como si fuera de la Part Forana.

-Sí. Ahora más que antes. En aquella época había mucha rivalidad con los equipos de Palma. Había un club que se llamaba el Chiquitina, que estaba por el Rafal que era nuestro enemigo a batir. El Independiente también era otro de los 'grandes' adversarios. Pero nos conocíamos todos y esa dura rivalidad sobre el campo luego se traducía en amistad fuera de él.

-Tras el Sant Jordi situó al Cade Paguera en lo más alto.

-En 1977 estaba de director en una oficina bancaria y me trasladaron a Paguera. Allí, donde me encontré muy bien y con gente muy hospitalaria, colaboré con el club de esa localidad de Calvià. Fui durante muchos años secretario con Luis Carrasco, el presidente y una personalidad allí. La verdad es que la liamos. Nos salieron muy bien las cosas y colocamos al equipo entre los mejores de Balears. Fue algo histórico para este modesto club

-Hasta que desapareció...

-No desapareció. Nos fusionamos con el Platges de Calvià, que es la consecuencia de la fusión del Cade Paguera, Santa Ponsa y Maganova. Lo vivido en aquella época fue algo maravilloso.

-Es el socio número 1 del Sant Jordi.

-Y con mucho orgullo y honor, ya que soy santjordier ejerciente. Ser el primer socio no tiene precio. Es mucha la cantidad de gente que en Mallorca sabe que ostento este honor. Ver las muestras de afecto que recibes te compensa el enorme trabajo, que no disgustos, que has hecho por el club.

-¿Cómo ve al Sant Jordi 2017?

-Con mucho optimismo. Esta directiva está cuidando la cantera, que creo que es la política adecuada y más en un pueblo pequeño como es Sant Jordi. Lo que se necesita es tenerlos a todos y contentos. Creo que lo están logrando.

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