Norteamericano de nacimiento y practicante de béisbol en Estados Unidos a nivel profesional, llegó a Mallorca hace 25 años. Conoce el fútbol balear desde que su hijo empezó a jugar con seis años, ahora tiene dieciocho. "Como mi vida ha sido el deporte, ya era hora de darle algo de vuelta, a la sociedad y al sistema, además de disfrutar un poco", asegura. Es Armando Pérez, presidente del Platges de Calvià de fútbol, que ahora inicia un nuevo proyecto tras estar a un paso de la desaparición.
-Un norteamericano enfrascado en un ambicioso proyecto de fútbol
-Mi carrera deportiva en Estados Unidos se terminó jugando al fútbol. Lo dejé por una lesión. El deporte es deporte, y más cuando es de equipo, club. Nací en el deporte, viví del deporte. El orgullo de ser de un equipo, de un grupo, es una cosa maravillosa; eso quería transmitir a lo que hiciera yo aquí.
-Sorprendió comprando el Montuïri y ahora el Platges de Calvià.
-Entré en una junta directiva de un club que estaba a punto de desaparecer. Queremos que crezcan raíces sólidas y poder implementar mis ideas y métodos, algo desde pequeño que pudiera crecer. Lo del Montuïri no fue una compra, fue una absorción de un club que también estaba a punto de desaparecer. Solamente tenían dos equipos, pero no los podían mantener.
-Dichosa economía.
-La mayoría de los clubes están sufriendo económicamente. Del fútbol, al contrario de lo que piensan muchos y en estos niveles, nadie vive. Es más, se vive para el fútbol. Todos los entrenadores, directivos, hoy en día, hace 20 años no lo sé, si no hacen cosas creativas e inventan mucho, no hay economía para mantenerse. Afortunadamente, tengo una solidez económica que me permite disfrutar de lo que hago y de este ilusionante proyecto. He trabajado duro, tengo empresas y he ganado dinero, pero no hay la satisfacción que recibes al realizar este tipo de proyectos.
-Como empresario, ¿cómo se ha encontrado la Tercera ? ¿Y el fútbol balear?
-Desde que estoy con mi hijo, ahora tiene 18 y juega desde los 6, he visto muchos clubes. Muchos que están soportados y dirigidos por personas normales, humildes y trabajadores. Algunos a lo mejor quitan cosas de su mesa, para ponerlo en el club. Eso lo he vivido. Cuando ha llegado el momento en el que me he podido dedicar a un club, he decidido dedicarle tiempo a este proyecto que seguro llegará a buen puerto.
-¿El Platges de Calvià colma lo que usted buscaba?
-Cuando se presenta la oportunidad de la fusión del Montuïri con el Platges, que tenía una directiva que no estaba en condiciones de soportar la economía de un club, había un sufrimiento. Se dio la ocasión de entrar y asumir la presidencia con mi directiva. Somos profesionales en lo económico y legales como empresarios. Traje a personas que ya han estado conmigo y que tienen mucha ilusión y ganas en este proyecto. Eso sí, hay que trabajar mucho. La gente aquí estaba cansada y el Platges estaba sufriendo y perdiendo mucho de lo que era. Mi ilusión y objetivo es que vuelva a ser una referencia de esta parte de esta isla.
-¿La ilusión es clave en todo?
-Sí, el tema económico para mí es una inversión en felicidad porque yo no gano nada con esto. No cobro, gasto e invierto mucho tiempo en esta ilusión. Es gratificante lo que estoy viviendo y disfrutando al ver la cara de los niños. Se vive a diario. Estoy muy orgulloso de poder decir que tengo la economía tranquila en estos momentos. Estoy satisfaciéndome con cosas que me dan placer.
-¿Hasta dónde quiere llegar?
-A lo más alto que pueda. Soy muy ambicioso. Piense que no hago las cosas por hacer. La perfección no existe, pero si no intentas llegar a ella nunca vas a llegar a lo más alto que puedes. Esta es mi filosofía en todos los grados. Soy perfeccionista, posiblemente un fallo que puedo tener. Pero en todo lo que me pongo doy el 120 por ciento. Por eso muchas cosas me salen como me salen, pero trabajando todo sale; a veces mejor o peor, pero sale.
-¿Próximo objetivo?
-Mi objetivo e ilusión es tener 100 niños en la escuela de fútbol. Es ahí dónde crearemos el club. El club no se crea en los grandes [en referencia a los jugadores amateurs]. Los grandes vienen, juegan y se van. La ilusión se ve en la cara de los niños y es donde uno saca su satisfacción. ¿Llegar a Segunda B o Segunda? Lo intentaremos.
-¿Béisbol en Mallorca?
-Fui presidente y jugador del club que hubo en Mallorca. Se llegó a tener cuatro equipos compitiendo. Sigue habiendo y siguen compitiendo. El béisbol aquí no se mueve mucho, pero empieza a coger fuerza.
