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Gente en la sombra

Antoni Bauzá: "Estamos en una sociedad que cada día se cuida más y mejor"

"Los gimnasios se han convertido en lugares donde anida una filosofía de vida y salud más allá del concepto original de deporte"

El instructor Toni Bauzá posa en los jardines del Megasport tras impartir una clase de Mega Cycling.

­­Cada semana da clases a cientos de personas, ya sea de ciclismo y elíptica estática o de otra modalidad de fitness en los distintos gimnasios en los que trabaja. Se define como un instructor deportivo de largo recorrido que ha practicado e impartido distintas modalidades, y asegura que es un eterno aprendiz de Hanshi Emilio Vidal, creador del Boxing-Jitsu. Es un deportista nato, nacido en Palma hace más de cincuenta años, que ahora, además de su faceta deportiva, colabora muy activamente en el comedor social Tardor de Palma. Es Antoni Bauzá.

-Mirando superficialmente su currículum, es usted locutor, monitor, instructor de clases colectivas y ahora colabora en un comedor social.

-La solidaridad es un valor y para algunos, como en mi caso, una forma de ser. Colaboro junto a mis amigos Marga Palou, María Eugenia Echegaray y Jonny Darder en el centro de día y comedor social Tardor en el que atendemos a más de 550 personas en situación de extrema pobreza. Estamos ubicados en Eusebio Estada, 29, frente al parque de las Estaciones. Ese valor es compartido por gran parte de los clientes y clubes en los que trabajo como instructor, lo cual me enorgullece, principalmente Megasport, Happygym e Imagim.

-Lleva más de quince años dando clases colectivas, no está agotado.

-Al contrario, cada día más motivado. He visto cómo los gimnasios se han convertido en lugares donde anida una filosofía de vida y salud más allá del concepto original de deporte. Todo ello ha redundado, a la vez, en una sociedad que cada día se cuida más y mejor.

-¿A cuánta gente habrá dado clases?

-Ufff -resopla y piensa-. A saber, pero una cosa aseguro, me saluda más gente de la que yo consigo reconocer.

-¿Con qué se queda?

-En lo deportivo con el sentimiento de haber intentado aportar lo mejor de mí mismo a los demás. En lo particular con la fortuna de tener una familia ampliada por grandes amigos y, sobre todo, con mis maravillosos hijos.

-¿Cómo ha cambiado el deporte desde que usted empezó?

--Esboza una sonrisa- Para empezar con algo muy evidente, un estallido en la oferta pública y privada de instalaciones deportivas. Esta mejora se traduce en el acceso a gran variedad de modalidades deportivas concentradas en un mismo lugar. Esto ha provocado una migración de hábitos entre los que no practicaban o practicaban un solo deporte hacia la práctica de dos o más actividades diferentes. Creo que estamos viviendo una época de oro del acceso al deporte que alcanza las mejores cuotas de salud y diversión. Esto conlleva una complementación de fuerte carácter sociocultural de los hábitos en las personas, los centros deportivos han evolucionado más que nunca hacia el concepto de ‘centro social’, donde la salud física se compagina con el bienestar psicológico y sociológico.

-Mente sana, cuerpo sano…

-Correcto. Todo integrado en una sociedad sana.

-Entre clase y clase, da de comer a la gente necesitada. ¿Cómo nació la idea?

-Llevo más de 20 años colaborando y trabajando en servicios sociales y hospitales, también soy animador y sanitario. En uno de estos, Ca l'Ardiaca, y mientras hacía guardia junto con mi amigo Jonny Darder ideábamos iniciativas para poder ayudar y paliar el déficit de atención a los más necesitados de Palma. Entre todas hemos logrado realizar dos: el programa Radio Social Mallorca, que realizamos con la psicóloga Marga Palou y cuya temática es el apoyo a toda iniciativa, particular, privada o institucional a la acción social solidaria. Lo emitimos desde RacMallorca, 93.7 FM los viernes a las 21 horas. Y finalmente el Centro de Día y Comedor Social Tardor, un centro donde además de alimento, refugio y dignidad se da apoyo psicológico, consejo técnico social y orientación laboral.

-Batimos récords de turismo y en cambio el nivel de pobreza aumenta.

-Sí, es el coste de un modelo de economía que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Ahora bien, considero que éste puede y debe evolucionar hacia una sociedad más solidaria, pero para ello, tendremos que recuperar los hábitos de llevar a la práctica del día a día ciertos valores humanitarios. Es una decisión que todos podemos tomar, cada uno en la medida de sus posibilidades. Animaría a la gente a dedicar solo cinco minutos al día a ayudar de alguna forma a los más necesitados, sea con una idea o acción. Creo firmemente que cinco minutos, todos juntos, sumamos suficiente para cambiar el mundo.

-Usted es un hombre de valores, ¿cómo está la sociedad?

-Los valores nacen de las experiencias más transcendentales que nos permiten interiorizarlos y expresarlos. Soy una persona que se ha equivocado enormemente, lo sigo haciendo algunas veces, pero intento que ya nadie pague por ello. He aprendido de mis errores e intento devolver a la sociedad todo lo bueno que me ha aportado intentando fortalecer los valores de la solidaridad. La sociedad está enfrascada en sobrevivir a una frenética presión económica. En vez de tener un control y entendimiento de lo que realmente es importante para vivir y ser feliz, nos dejamos seducir por subproductos de una supuesta felicidad que la gran industria a todos los niveles se encarga de hacernos llegar.

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