Música

Iván Ferreiro, músico: "No hay nada más perverso que un político utilizando la cultura"

“Hay músicos que se miran demasiado el ombligo. Quería hacer un disco diferente al anterior; quiero sentir que compito conmigo mismo, que avanzo”, defiende el artista que saca nuevo disco tras siete años desde su anterior álbum

Iván Ferreiro, en una imagen promocional.

Iván Ferreiro, en una imagen promocional. / PAU ROCA

Mar Mato

“Me da miedo todo. Hay tanta información contradictoria que ya no sé en qué creer”. Iván Ferreiro se explica así ante la salida de su nuevo disco, “Trinchera pop”, donde la experimentación con el sonido manda junto a la luminosidad de las letras. Para disipar cualquier posible duda, el músico gallego –que publica autobiografía con su prima María Rod, “Meteoro y el señor conejo”– recalca en esta entrevista: “Soy bastante feliz”. El miércoles próximo, día 15, firmará discos en la FNAC de Vigo a las seis de la tarde y la presentación oficial del álbum será el 24 en Santiago.

–Han pasado siete años desde el anterior disco, “Casa”. ¿Por qué “Trinchera pop” como título?

–Cuando hicimos la canción “En las trincheras de la cultura pop” y le robamos el título al podcast homónimo nos parecía una idea preciosa. Nuestro lugar de protección y lucha es una trinchera pop. Queríamos un disco que hablase del proceso creativo y la trinchera lo definía muy bien a nivel metafórico.

–¿Tiene que ver también con ir por la vida a la defensiva?

–La trinchera sirve para protegernos. Yo utilizo como oyente canciones como trinchera para protegerme o poner ideas sobre la mesa.

–¿Cómo fue el proceso de composición para este álbum? ¿Fue un mano a mano con tu hermano Amaro en cada tema?

–Esta vez hemos ido con mucha calma. Tardamos mucho, no nos dimos prisa. Queríamos hacer un disco sin darnos cuenta. Ya no sabemos dónde empieza lo que hice yo, lo que hizo Amaro, Leiva o Nico (Pastoriza). Básicamente el disco lo hemos hecho entre Amaro y yo con mucha calma.

PAU ROCA

–Quizás hace más falta eso en la música.

–Es lo que nos podíamos permitir. Cada disco es un reflejo de las circunstancias en las que uno vive y donde está. Llevamos tanto tiempo que no estamos en la rueda esa de sacar un disco cada año o dos. Sí hemos estado ahí y lo hemos hecho, pero ahora nadie nos mete prisa. Ir con calma es maravilloso. Está bien para nosotros ir con calma pero veo normal que la gente joven quiera ir a toda velocidad. Yo de joven quería sacar canciones todo el rato. Si hay una cosa que me gusta de la música como oficio más allá del arte es que es adaptable a cualquier persona. Cada uno puede hacer el trabajo como quiera y está bien.

–En cuanto a “El alambre”, es un tema oscuro. Ves el mundo “como una mierda”...

–El mundo es un poco mierda a veces. Yo soy bastante vitalista pero yo no creo que la canción sea oscura, tiene bastante luz. Acaba dejándose caer en una fiesta. Lo que me gusta de la canción es que hay cierta épica en rendirse. Vivimos en una sociedad en la que parece que hay que pelear todo el rato y yo quería una canción donde esté bien rendirse. No todos tenemos que ser héroes. La idea de la canción, de Bob Fosse, es que la vida es el alambre y el resto es esperar. Tiene que ver con la idea de estar en el pico de la emoción, arriesgando. Pero para ello, hay que ir al pico de abajo de vez en cuando. Si queremos estar en el alambre, hay que saber caer para después saber subirse de nuevo.

–En “La humanidad y la tierra” la letra demuestra amor por Félix Rodríguez de la Fuente para reconocer que “no hicimos nada” por sus postulados al tiempo que invita a bailar.

–Lo de bailar tiene dos connotaciones, una negativa y otra positiva. Mi idea era hablar de esa contradicción de una generación que de pequeña tuvo un programa (“El hombre y la tierra”) que nos decía lo que iba a pasar con el medioambiente y ha ido pasando frente a la parte cazurra que tenemos de irnos de copas y a bailar cuando nos agobia algo en lugar de solucionarlo.

–En él, colaboran Tanxugueiras.

–Hacía tiempo que quería meter unas cantareiras en una canción. Les pedía que vinieran de coristas. Les entré con morro por Instagram. Las invité a comer a mi casa y les dije que me parecían increíbles y si podían cantar un poquito. Ellas me hicieron el favor de cantar unas partes de la canción que creo que tiene algo que habla sobre el machismo. Los temas más importantes para la sociedad en este momento son la ecología y el feminismo. Relaciono los dos temas y quería que fueran unas mujeres que dominaran la canción.

–En “Canciones para no escapar”, que abre el disco, hablas de que te cuesta soportar la mediocridad. ¿La tuya o la de los demás?

–Un poco todo. Hay un tema que está en todo el disco y que es la creatividad: es el proceso creativo. Esas trincheras tienen que ver con eso y con el proceso de escuchar del oyente. No soporto la mediocridad en mí mismo, nadie quiere sentirse mediocre. Pero también me da rabia en los demás. Hay músicos que se miran demasiado el ombligo y evolucionan poco. Yo la mediocridad la relaciono con el aburrimiento. Quería hacer un disco diferente al anterior. . Quiero sentir que compito conmigo, que avanzo, no quisiera estar siempre haciendo la misma canción. La canción habla de eso, propone que hagamos música distinta.

–Escucho “Miss Saigón” y me pregunto qué piensas al exponeros emocionalmente.

–Bueno, las canciones están para eso, para enseñar las tripas. La tripa y mostrarse es la parte emocionante de las canciones. Puedes mostrarte y esconderte en ellas. En ese tema me gustaba hablar de las cosas duras de la vida familiar y llevarlas a un sitio donde desahogarte para bailar. Yo bailo mucho en casa, es una terapia fantástica, no te quita los disgustos pero los hace más llevaderos. Miss Saigón es una canción trágica a partir del baile. Me gusta el resultado.

–También hay en el disco espacio para la crítica política:“Vivo rodeado de fantasmas elegantes”.

–Yo quería mezclar temas en el disco. Cada canción tiene su propia temática. En el acto creativo hay algo subversivo. La política nos rodea todo el rato. Nosotros intentamos ser mejores como personas, intentamos mejorar como sociedad y solo veo como cada vez los políticos son peores y dan más asco. Los políticos utilizan las canciones, la cultura, los poetas... No hay nada más perverso que un político utilizando la cultura. Tenemos unos políticos como los de ahora, sean del partido que sea, que son mucho peores. No hay hombres de estado, sino payasos. Nico Pastoriza dice que estamos en una época en la que los políticos hablan como rockeros y los rockeros como políticos. Estos últimos dicen estupideces todo el rato, mienten; parecen los músicos más razonables. Rozalén tiene un discurso más profundo que muchos políticos.

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