Hago mías las palabras que pronunció Aránzazu Miró en la conferencia previa al inicio del concierto y que abrió el que será uno de los ciclos más originales e interesantes de este año. Afirmó Aránzazu que a través de esta iniciativa será posible «ver la música y escuchar el arte». Y, más allá de la metáfora, la afirmación es cierta, ya que podremos escuchar obras musicales de todos los tiempos en los ambientes en los que fueron creadas, pues ese es el objetivo de esa propuesta que sale del Museu de Mallorca (en concreto de su directora Gràcia Salvà) y que ha recogido Josep Tatay como coordinador. En ella, diversos grupos interpretarán música en las salas del museo que exponen obras de la época en la que fue escrita. Idea para aplaudir, sin duda. Arte total, en sentido literal.
En esa primera sesión, el grupo Altamar ofreció un recital de obras medievales, para dúo de instrumentos de cuerda y soprano, la mayoría de las cuales fueron compuestas para alabanza de la Virgen, de ahí el título de la sesión, tomado de una obra del Llibre Vermell de Montserrat.
Hildegarda von Bingen, Alfonso X el Sabio y Guillaume de Machaut fueron algunos de los nombres que aparecieron en el programa, un programa que Jaume Compte en el laúd, guitarra y percusiones, Guillermo Femenías en el archilaúd y guitarra y la soprano Sofía Doménech ofrecieron de forma más que correcta.
Música excelsa, interpretada con sentimiento y rigor. Una muy buena manera de empezar ese camino musical per épocas, estilos y ambientes.
