El teclista y voz del grupo Els Amics de les Arts actuará junto a Joan Enric Barceló y Ferran Piqué el próximo día 14 en el Auditòrium de Palma, en el que será uno de los pocos conciertos que ofrecerá en este 2022, año en el que grabarán nuevo disco y estrenarán un musical
¿Con qué estado de ánimo ha iniciado este 2022?
Contento. Tenemos un final de gira que nos apetece mucho porque podemos tocar en sitios que debido a la pandemia se habían quedado en stand-by y al menos podremos despedirnos, y eso nos hace felices. Por otro lado también estamos preocupados ante las medidas que hay ahora mismo para controlar la Covid, que dejan a la cultura un poco tocadilla.
Usted vive en Barcelona, una ciudad que está siendo castigada duramente por la pandemia.
Yo tengo tres hijos y las vacaciones de Navidad nos las hemos pasado encerrados en casa porque la mayor dio positivo y nos tuvimos que confinar, 18 días en total, como tantísimas otras familias. Por suerte ha sido leve, estamos todos vacunados y eso ha ayudado. La sensación aquí es que todo el mundo, tarde o temprano, acaba contagiándose. Hay que ser prudente y cuidarse al máximo.
¿Los Reyes Magos han dejado algún disco en su casa?
No ha caído ningún disco para mis hijos. El formato disco, para los más pequeños, ha desaparecido. Lo de comprar música no lo entienden. Abren el Spotify y a buscar artista. Es una pena que se haya perdido esto.
«El meu plan era tornar aviat pero al final tot es va anar allargant», cantan en una de sus grandes canciones (Jean-Luc). ¿Los planes siempre se cumplen en Els Amics de les Arts?
Somos un grupo que planificamos un montón, somos como una oficinita pero estamos viviendo una época tan convulsa y tan rara que también hemos aprendido a improvisar mucho. Ya no es como antes, que podías cerrar los conciertos a un año vista. Ahora hay cosas que salen de repente, que no te imaginabas, o conciertos que se tienen que anular.
¿La improvisación en el escenario también la practican?
Tenemos un esquema básico que seguimos durante el concierto porque ha de existir para que el bolo funcione pero siempre nos guardamos un espacio para la improvisación porque creemos que la música está viva y porque además en un escenario siempre pasan cosas.
¿En un estudio también aplican esa filosofía o las canciones siempre entran cerradas a la hora de ser grabadas?
Intentamos entrar a grabar con las canciones muy cerraditas pero precisamente para poder luego desmontarlas. Está bien ir con un buen plan para grabar porque sino luego te puedes ir por las ramas, la improvisación puede ser una trampa.
¿Qué planes tiene Els Amics de les Arts para los próximos meses?
Tenemos cosas muy chulas. Hemos escrito un musical, Pares normals, todos los componentes del grupo, que estrenaremos en Barcelona en noviembre de 2022. Es algo que nos ilusiona mucho, será el primer musical y espero que no sea el último. Hemos estado tres años escribiéndolo, con la ayuda de la productora Minoria Absoluta y Marc Artigau. Todas las canciones son inéditas. En breve iniciaremos los ensayos. Además, en la sombra estamos empezando a grabar las canciones del que será nuestro próximo disco. La semana que viene de hecho nos vamos de stage para debatir las ideas que tenemos y ponerlas en solfa.
¿Puede adelantar algo de la historia que trata ese musical, Pares normals?
El musical, con su ironía, con sus momentos dramáticos y con el fin de que el público salga con una sonrisa del teatro, va sobre la paternidad, en todos los sentidos: ser padre es hacerse mayor, entender de golpe a los abuelos, todo tiene más sentido cuando eres padre… Y también la paternidad desde la visión del hijo. Todavía no nos dejan decir los nombres de los actores, pero son muy guais.
Hay grupos que ya les consideran sus padres musicales. Con más de quince años de carrera, ¿ya se sienten unos veteranos?
Esa es una de las cosas que por un lado es muy bonito, porque no hay nada más chulo que gente que lo está petando te cite como referente, pero también es verdad que con eso, de golpe te sientes como más mayor. Yo todavía me siento joven y con ganas de hacer cosas.
¿Cómo se ven dentro de otros diez años?
Yo creo que seguiremos en los escenarios. Esto es algo que engancha muchísimo. Quienes lo hemos probado, eso de subir y poder explicar tus historias, tus canciones, y que la gente esté ahí para escucharlas es una cosa muy mágica.
Su cancionero está lleno de frases mágicas. ¿Una buena canción puede nacer a partir de una frase magistral?
A veces la inspiración puede salir de una buena frase o de un verso que improvisas. También sé que Joan Enric Barceló, el letrista del grupo, dedica muchas horas de trabajo artesanal, de picar piedra con el diccionario abierto en la otra ventana del ordenador, en busca del verso perfecto durante horas y más horas.
En 2022 habrá muy pocos conciertos de Els Amics de les Arts. Se bajan del escenario el mismo año en que vuelven Antònia Font. ¿No será para verles a ellos?
Verles a ellos siempre es una buena excusa. Antònia Font es un referente, sobre todo a nivel de letras. Fueron los primeros en llevarnos a mundos diferentes, más oníricos, a los que no estábamos acostumbrados. Seguro que les iremos a ver a alguno de sus conciertos.
¿Qué mundos comparten los Antònia Font y Els Amics de les Arts?
Tenemos afinidades pero ellos tienen un universo quizá más ecléctico y la construcción es más metafórica. Nuestras canciones son más costumbristas e intentamos que las imágenes que construimos conformen una historia menos sutil. Antònia Font, en cambio, prefiere las construcciones más abstractas.
¿Qué precio han tenido que pagar por culpa de la pandemia?
A nosotros la pandemia nos cogió a cuatro días de presentar nuevo disco. Tuvimos que echar de freno de mano y pararlo todo. Habíamos invertido un montón de tiempo y de dinero. Tuvimos que posponer el disco seis meses y reinventar la gira y hacer auténticos malabares con los conciertos. La parte positiva es que hemos visto que el seguidor ha respondido y ha sido responsable.
