¿Cuándo decidió que quería profundizar en la música histórica?
Fue casi al principio de mis estudios cuando descubrí ese mundo de la música antigua, tocada con instrumentos originales. Había empezado a los siete años con el clarinete y a los quince empecé con la flauta de pico, en Holanda y junto a Franz Brugen, el gran director y creador de la Orquesta del siglo XVIII. En aquella época era difícil encontrar clarinetes antiguos así que la flauta me permitió la manera de entrar en ese mundo.
¿Qué significó conocer y trabajar junto a Franz Brugen?
Lo significó todo. Él ha sido la mayor influencia musical de mi vida. Me introdujo en la nueva manera de tocar las obras del barroco y el clasicismo y, sobre todo, el ir a las fuentes para saber cómo realmente sonaba la música en la época en la que fue escrita. También, en Holanda, empecé a interesarme por la construcción de clarinetes.
Por cierto, usted tiene una colección de instrumentos antiguos muy importante.
Cierto, tengo más de cien. Y los he conseguido a través de compras a particulares o subastas. De hecho, tengo el que pasa por ser el clarinete más antiguo construido en Francia. Es de 1770 y lo compré en Bélgica.
¿Qué diferencia un clarinete del siglo XVIII de uno moderno?
Las diferencias más importantes están en las llaves. Los antiguos, los del clasicismo, tienen cinco y en cambio los posteriores tienen veinte. También la madera, pues los antiguos son de boj y los actuales de ébano, lo que hace que cambie la sonoridad. Los del siglo XVIII suenan más dulce y los románticos más duro. Con los antiguos puedes conseguir mejor el color típico de las obras de Mozart y Stamitz. Luego hay otros instrumentos, como los corno di basetto, que son de la misma familia, pero permiten tocar más grave, son más largos y la forma es algo diferente.
Hay un auge de la Música Antigua ¿A qué se debe?
Creo que porque en las orquestas modernas el barroco no suena muy bien y también porque el oído del melómano se ha ido acostumbrando al sonido de las formaciones de música antigua. Sin duda el momento del cambio de estilo es Beethoven, con él se puede tocar de las dos maneras, suena bien en estilo historicista y en sentido moderno. En cambio, Bach o Haendel, no. De todas maneras y debido a ese auge del que hablaba usted, las formaciones de cámara modernas han introducido algo del espíritu antiguo, cada una según sus posibilidades. Se han abierto a las sensibilidades historicistas. Las orquestas modernas tocan diferente porque nos han escuchado a nosotros, los de la música antigua. Lo interesante en la interpretación con criterios antiguos son los detalles, la articulación, el acento, los legatos. Alguien ha dicho que en las orquestas modernas se valora la técnica y en las de música antigua, el estilo. Y estoy de acuerdo.
¿Qué compositor cree que ha entendido mejor el sonido del clarinete?
Sin duda, Mozart. Weber también, pero Mozart es único.
Usted tiene una formación, el Stadler Trio, que lleva el nombre de Anton Paul Stadler, que fue amigo de Mozart.
Sí, y también colaborador suyo. Hay cartas de Stadler en las que explica cómo tocar las obras de Mozart.
¿Qué destacaría de las obras de esos dos conciertos en Mallorca?
Me gusta mucho el título genérico del programa, El nacimiento del clasicismo. Es muy oportuno, pues quitando la Sinfonía de Mendelssohn, las otras obras pertenecen al inicio del clasicismo; todas están escritas entre 1750-70, una época en la que el clarinete se desarrolló mucho y bien gracias a las aportaciones pedagógicas de Leopold Mozart, Johann Joachim Quantz y Carl Phillippe Emmanuel Bach.
¿Se siguen componiendo buenas partituras para clarinete?
Si. El clarinete es, sin duda, un instrumento vivo.
