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Josep R. Cerdà: «Cuando estás en un cargo público temporal, es una obligación hacerlo lo mejor posible»

El director del Teatre Principal de Palma hace balance a mitad de su legislatura y explica los objetivos para los próximos dos años, entre ellos, consolidar el modelo de centro de producción

El director del Teatre Principal Josep Ramon Cerdà, en el escenario.

«Como teatro público debemos ser el contenedor de la cultura oficial» declara Josep Ramon Cerdà, que puede presumir de gestionar uno de los pocos teatros del mundo que se mantuvo abierto durante la pandemia.

Durante estos dos años y a pesar de los retos que se han presentado, el Teatre Principal se ha convertido en un centro de producción y coproducción que se encuentra en el punto de mira de creativos de todas las procedencias. Se ha dado impulso al sector teatral de Balears con colaboraciones con todos los teatros, para conseguir cohesión territorial a nivel cultural. Y sin dejar de lado una programación de máximo nivel.

«De lo que estoy más orgulloso es de haber traído por primera vez al mítico Peter Brook, una leyenda viviente del siglo XX que ha influido muchísimo a generaciones de creadores. También muy contento de producciones propias como Clitemnestra dirigida por Agustí Villaronga. Nos sentimos en parte corresponsables de su éxito, porque al principio tuvimos que parar los ensayos y posponer el estreno. Fue entonces cuando aprovechó para rodar El ventre del mar que ha cosechado tantos éxitos y premios. Clitemnestra sale de gira al Festival de Sagunto a finales de agosto y en septiembre estará en el Teatro Romea de Barcelona. Las producciones del Teatre Principal no habían llegado antes tan lejos. Hemos producido también Kelly, donde Sergi Belbel ha dirigido a actores y actrices mallorquinas. Vino al estreno la actual vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. Saldrá de gira en otoño por teatros de Mallorca y estamos preparando gira nacional. Por último, Baalconing, que en breve también saldrá de gira y el haber dado la oportunidad a Ana Cuéllar en la producción de la ópera La Serva Padrona. Una directora de escena jovencísima, que se inició de pequeña en los coros del Principal y que ha estudiado dirección de ópera en Alemania. Además tenemos medias de público muy buenas, lo que me da la sensación de no haber pinchado nunca con ningún espectáculo».

Los retos para los próximos dos años son consolidar el modelo de centro de producción y aumentar las relaciones con otros teatros en Mallorca, el resto en Balears y centros de producción nacionales. «Estamos consiguiendo ser un referente a nivel nacional, recibimos propuestas de todos sitios. Pronto tendremos a Andrés Lima con Shock 1 y Shock 2, que sólo va a teatros muy bien seleccionados», explica.

Si se compara la actividad que lleva el Teatre Principal con su presupuesto, realmente se hacen verdaderos milagros. Es de lo único que se queja y que desea reivindicar. «Estamos en la obligación —y lo hacemos— de traer lo mejor que se hace en el mercado, con un abanico muy amplio de propuestas. También que nuestras producciones salgan de gira pero tenemos tres veces menos presupuesto que el Teatre Lliure o seis veces menos que el Teatro Nacional de Catalunya. Ni qué hablar del Liceo», señala. Pueden cubrir programación pero para las necesidades reales de personal se hace muy difícil.

«A los 4 años estaré satisfecho con mi gestión por algo importantísimo que es la reestructuración interna del teatro y que es un reto personal. El teatro históricamente siempre ha sido una fuente de conflictos laborales, con la oposición, con el sector teatral… en la reciente reunión del patronato, se aprobó el catálogo de lugares de trabajo, la homologación de las nóminas y los horarios de los trabajadores, que son cosas que dan mucha paz social. El buen funcionamiento interno y de los mecanismos de contratación, bolsines, auditorías... es fundamental. Se ha publicado la auditoría del 2018 donde se dice que el teatro no cumplía la legalidad en materia de contratación y cumplimiento de normativas y lo estamos revirtiendo, contratando a una coordinadora de contratación y dando instrucciones muy precisas a todos los departamentos para hacer todos los expedientes correctos. Tener ese orden es importantísimo para que el siguiente director se encuentre con que todo eso ya funciona». Josep R. Cerdà trabaja por objetivos y ha conseguido algo histórico: que el patronato no vote nunca en contra y en ocasiones que la oposición vote incluso a favor. «No hay que hacer política partidista. El teatro es de todos y han de sentirse identificados con lo que hace el Principal», recalca.

Cerdà se mira en el espejo en uno de los camerinos del teatro que dirige. | B. RAMON

Invierten esfuerzos en atraer a un público joven, aparte del tradicional abonado de toda la vida. «El Teatre Principal tiene públicos, no público», subraya. Con la versión moderna y contemporánea de Tirant Lo Blanc consiguieron atraer a espectadores menores de 20 años y a principios de temporada contarán con el espectáculo Karaoke Elusia pensado para público adolescente entre 12 y 25 años. Se ofrece contenido más intelectual con narrativas fragmentadas que ven cada día en Tik Tok o en YouTube. Lo importante es que sea bueno, llegue, conecte y tenga calidad. «Aparte de los clásicos como la temporada de ópera, adaptamos contenidos y formas. Buscamos al espectador joven y adolescente, sino dentro de 10 años quién va a venir al teatro».

Este año ha conseguido que el programa educativo más destacado, las «Tutorías Teatrales», sea aprobado por la Conselleria de Educación, de forma que a los profesores que participan se les reconoce su tiempo como horas de formación. «Cada año encargamos a dos autores teatrales contemporáneos la escritura de una obra de teatro pensada para que la representen adolescentes. Se ofrecen a los centros y los autores trabajan in situ con los alumnos, algo importantísimo para lograr su conexión emocional. Este año hemos logrado 20 grupos de 11 centros”, indica con satisfacción pues la labor pedagógica es un hito fundamental.

Otras mejoras han sido el programa con la Fundació la Caixa para mejorar la inclusión en el teatro, como el bucle magnético para personas sordas en la taquilla, la mejora del subtitulado y programas para acercar el teatro a colectivos desfavorecidos mediante la subvención de entradas. «Es una responsabilidad pública que no haya barreras económicas para la cultura», subraya.

En septiembre retomará el coro infantil y juvenil y en la próxima temporada se ofrecerán streamings a la carta, un archivo de sus producciones y coproducciones una vez terminadas las giras. «Es el mismo modelo del National Theatre de Londres. Asistir a espectáculos impacta, lo que da sentido es que nos transforme pero si ignoráramos las herramientas digitales sería un error», comenta.

En cuanto a proyectos personales, aparte de la reciente publicación de su libro-cómic La peor película del mundo con ilustraciones de J. A. Mendiola, el dramaturgo ha aparcado su parte creativa temporalmente. «Yo lo que tengo que hacer ahora es gestionar y dar oportunidades a los otros», subraya.

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