Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Danza
Lucía Lacarra Bailarina

"Mi objetivo es pasar toda la vida encima de un escenario"

La artista presenta este sábado y domingo su nueva obra, 'Fordlandia', junto a Matthew Golding en el Auditorium de Palma

Lucía Lacarra actúa este fin de semana en el Auditorium de Palma

Lucía Lacarra (Zumaya, 1975) está considerada una de las principales figuras del ballet clásico actual. Ha recibido grandes galardones como el Premio Nacional de Danza en la modalidad de Interpretación en 2005, el Premio Nijinsky en 2002 y el Benois de la Danza en 2003. Este sábado y domingo actúa en el Auditorium de Palma a las 21 horas junto a Matthew Golding. Además, el domingo a las 11 horas ofrecerán una clase conjunta para los alumnos del conservatorio y otras escuelas de Palma, y también una charla.

¿Cómo surge este nuevo espectáculo?

Presentamos Fordlandia, un espectáculo que creamos durante el confinamiento de primavera de 2020. Estábamos trabajando en Alemania y cerraron todo de un día para otro. Yo volví a España y él se fue a Holanda. Pensábamos que eran unos días y al final fue mucho más tiempo. La situación despertó algo en nosotros. Nunca habíamos hecho algo juntos porque no teníamos tiempo de juntarnos. Decidimos que ese era el momento perfecto porque el confinamiento nos daba el lujo del tiempo. Tuvimos que crear la idea y el concepto por teléfono. Queríamos que fuera real, así que plasmamos lo que estábamos viviendo. Esos sentimientos de incertidumbre y separación. Hemos utilizado muchos recursos audiovisuales para recrear el exterior, algo que no teníamos durante aquellos días. La idea de que todo iba a terminar y nos encontraríamos pronto.

Primera vez que trabaja con Matthew Golding en un proyecto así.

Llevábamos dos años bailando juntos tras conocernos hace tiempo. Desde el principio teníamos ganas de montar algo nuestro, y hasta este momento no se nos había planteado la oportunidad. Ha sido una experiencia maravillosa porque conectamos extremadamente bien a pesar de ser tan diferentes. Él tiene un lado creativo asombroso, le nacen las ideas constantemente. Yo, en cambio, soy la que pone esas ideas en marcha. Tengo una mente muy organizada y me encanta la logística, la producción, la organización, etcétera. Hacemos un buen equipo porque nos compenetramos bien, y por eso hemos disfrutado cada momento del proceso. Ya estamos pensando y preparando el siguiente espectáculo.

Ha recibido muchos reconocimientos durante su carrera. ¿Qué le queda por conseguir?

Cuando tenía 11 años di mi primer espectáculo de danza clásica y le dije a mi madre que quería ser el último de los cisnes que había sobre el escenario. Porque mi objetivo siempre ha sido pasar mi vida sobre un escenario. Tenía claro que quería ser bailarina y dedicarme a bailar. Para mí es un regalo levantarme por la mañana e ir a un teatro a bailar. Ya llevo 31 años en esta profesión y nunca imaginé que llegaría hasta aquí. Creo que he cumplido muchos más sueños de los que tenía. Me siento afortunada de todo lo que he conseguido, los lugares en los que he actuado, la gente que he conocido, etcétera. Nunca he tenido un objetivo concreto, solo dar lo máximo que puedo. En este momento, con mi productora, por fin puedo dedicarme a concebir mis proyectos y darles forma. Hasta ahora me habían regalado los roles, y ahora tengo el poder de crearlos.

¿El ballet está suficientemente reconocido en España? 

La situación de la danza en este país es complicada. Siempre estamos varios pasos por detrás de otros países. Es una pena porque el talento que tienen los bailarines de España es alucinante. Muchos de ellos son referentes en el mundo. Creo que existe una falta de conciencia y de tradición. Deberíamos hacer un poco de autocrítica porque es muy fácil dar la culpa a las instituciones, pero el problema es que nosotros mismos no nos apoyamos. Hay mucho individualismo y poca solidaridad. Debemos entender que ha llegado el momento de unirnos porque nos hace falta voz para poder tener una visibilidad mayor.

¿Sería posible este trabajo sin pasión?

Imposible. La pasión es esencial en un trabajo como este. Porque esto no es una profesión, es una forma de vivir. Ser bailarín condiciona toda tu vida. Si no amas de verdad lo que haces, es muy duro porque supone un gran sacrificio. No ha habido ni un solo día en mi vida en el que haya querido dedicarme a otra cosa. 

¿El éxito lastra el crecimiento?

Depende de cada persona porque está relacionado con el ego. Hay una diferencia enorme entre querer ser bailarín para ser famoso o ser una estrella y querer hacerlo porque amas esta profesión. 

¿Ha pensado alguna vez en retirarse?

No, porque todavía soy feliz bailando y me siento capaz de hacerlo como yo quiero. Tengo tanta satisfacción que cuando llegue el día en que no me sienta a gusto, no tendré un problema en decir ‘hasta aquí’. De momento no ha llegado, así que me centro en disfrutar.

Compartir el artículo

stats