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El craneo de Harbin. | THE INNOVATION

Con ciencia | Nuevos fósiles

No es nada raro que se publiquen descubrimientos, dentro del linaje humano, de nuevos fósiles o de interpretaciones de los ya conocidos. Pero rara vez coinciden dos en pocos días con el añadido —bastante común, por otra parte— que los descubridores sugieran, si no proponen sin más, que los nuevos ejemplares obligan a cambiar la idea común acerca del origen y relación de los neandertales y los humanos modernos.

La primera propuesta se ha realizado a partir del hallazgo en el yacimiento de Nesher Ramla (Israel) de unos fragmentos del parietal de un cráneo asociados a una mandíbula, parece que del mismo individuo. Israel Hershkovitz, investigador del departamento de Anatomía y Antropología en la Facultad Sackler de Medicina de la Universidad de Tel Aviv (Israel), y colaboradores han publicado en la revista Science el trabajo en el que sostienen que los estudios morfológicos de esos restos indican que se trata de un tipo de Homo que combina rasgos arcaicos con los propios de neandertales, sugiriendo que supone uno de los últimos supervivientes, con una edad que se cifra entre 120 y 140.000 años, de un grupo que antecedería a los neandertales de ≈70.000 años de cuevas como Amud y Kebara en Oriente Próximo. Cosa que, sin que se afirme de manera tajante, lleva a la hipótesis de que los neandertales podrían haberse originado fuera de Europa. Sin embargo, tanto las evidencias muy abundantes de la evolución en nuestro continente de Homo neanderthalensis como la obvia alternativa de que el linaje de Nesher Ramla se extinguiese —mezclándose o no con los Homo sapiens más antiguos— y los neandertales posteriores fuesen el resultado de una nueva migración desde Europa, desaconsejan abandonar la idea convencional sobre el origen de nuestra especie hermana.

Que podría no serlo si la segunda de las publicaciones, de Qian Ji, paleontólogo del China GEO-Environmental Monitoring Institute de Beijing (China), y colaboradores aparecida en la revista The Innovation se toma al pie de la letra. Los autores han analizado un cráneo muy bien conservado que fue descubierto en Harbin, provincia de Heilongjiang, China, en 1933 y donado a la universidad Hebel GEO en 2018. Qian Ji y colaboradores sugieren que el cráneo de Harbin debería ser considerado una nueva especie a la que han otorgado el nombre de Homo longi, rápidamente convertido en el popular de «Hombre Dragón». Y sostienen que las semejanzas entre el cráneo de Harbin y algunos de los fósiles más antiguos de Homo sapiens llevarían a considerar al Homo longi nuestra especie hermana.

Se trata, en mi opinión, de una propuesta poco fundada por la razón bien simple de que el cráneo de Harbin no permite la recuperación de su ADN. Y puestos a especular, me parece que los autores han perdido la oportunidad de sugerir que se ha encontrado por fin un denisovano.

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