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Teatro/Cine

José Martret prepara su primera película amadrinado por tres premios Goya

El director teatral trabaja en este proyecto en la Academia de Cine, con Irene Moray, Pilar Palomero y Belén Funes

José Martret

¿Cómo está viviendo el día de las elecciones madrileñas?

Estoy sobreviviendo a las elecciones. Ahora mismo estoy en la biblioteca de la Academia, que está al lado de la sede del PP, en Génova, donde están preparándolo todo, con torres y camiones, para enfocar esta noche. No sé qué enfocarán, si la victoria o la vergüenza. Todo esto da un poco de terror. La campaña me ha parecido un absoluto esperpento. 

¿Qué le llevó a tocar a las puertas de la Academia de Cine?

Cuando estábamos en confinamiento me enteré que la Academia había sacado una nueva convocatoria de sus Residencias, un programa en el que seleccionan 20 proyectos, que se van desarrollando dentro del contexto de la Academia, con mentores, un sueldo mensual durante nueve meses, numerosas master class que se van impartiendo... Llevaba dos años con la idea de una película y al estar confinado decidí dedicarle diez días a desarrollar ese proyecto y mandarles todo lo que pedían: una sinopsis, tratamiento, carta de motivación... De los 940 proyectos que habían recibido seleccionaron 20, y yo había quedado el 21, pero el pasado mes de enero hubo una baja y ahí entré a formar parte de las Residencias. Y fue en un momento estupendo, porque en febrero iba a poner en pie la ópera L'elisir d'amore de Donizetti en el Teatre Principal de Palma pero la tercera ola, en plena cresta, lo ha aplazado hasta octubre. Así que tengo todo el tiempo del mundo, y vengo todos los días a la Academia a desarrollar el guion.

¿Con qué cineastas se ha codeado en la Academia?

Con Irene Moray, una cineasta que ganó el Goya hace dos años por Suc de síndria (mejor corto de ficción), una película que ha tenido un recorrido brutal; y con Pilar Palomero, otra mujer que ha arrasado en los Goya, y a quien también tengo como compañera. El fastidio es que con la Covid ha habido días en que la Academia, por el barrio, ha quedado confinada y hay muchos compañeros que trabajan desde casa. Para nosotros ha sido un año un poco extraño. Pero estar con toda esa gente, con alguien como Luis López Carrasco, por ejemplo, que nos dio una clase magistral, es algo maravilloso.

Prepara su primer largometraje aunque a usted el cine siempre le ha interesado, desde el principio.

Sí. El cine siempre me ha interesado. En el 2008 hice un corto (Todas) que tuvo su recorrido: ganamos 15 premios, estuvimos en Cannes, en la Short Film Corner, fuimos premiados en Mallorca en el Festival del Mar, también en Eivissa... El cine siempre ha estado ahí y ha sido mi gran pasión. Tras el corto, en 2010, estuve a punto de poner en pie una película pero con la llegada de la crisis todo se vino abajo, y en ese momento el teatro me abrió las puertas, o las abrí yo, con La Casa de la Portera y luego La Pensión de las Pulgas. Esto ha sido como mi volver al cine, y estoy muy feliz.

Una pasión, la del cine, a la que veo que no deja de perseguirle las crisis.

Sí, sí, le persigue todo pero vamos sorteando obstáculos, luchando y no pierdo la esperanza. Si todo va bien voy a ser un joven director de cine de 50 años, con su primera película. Y subrayo lo de si todo va bien, porque en la Academia nos enfocan para que la película vaya dando pasos, a encaminarla, pero no nos aseguran en ningún momento ni ponen los medios económicos para que el proyecto sea al final una realidad. En junio haremos un pitching delante de académicos, productores y representantes de plataformas, y a ver qué pasa.

La financiación, un auténtico quebradero de cabeza.

Encontrar financiación es, evidentemente, lo más complejo. Es el paso más difícil, el encontrar una productora que te coja de la mano para empezar a andar y poner en pie el proyecto. Espero que en algún momento aparezca ese productor que se enamore de Saturna, del proyecto, y empecemos a ir juntos de la mano para que se convierta en una realidad. Es un proyecto intimista, pequeño, no es algo desquiciante, no se necesita una financiación desmesurada. 

¿Qué es Saturna?

Es el viaje emocional de una mujer de 65 años que decide en un momento dado parar y romper con toda su vida, y empezar a darle sentido. Es extraño que la protagonista sea una mujer de 65 años pero al mismo tiempo, para mí, es una virtud. Hay algo en esta historia que tiene que ver con mi familia, con mi madre. A esa edad, los 65, mis padres recibieron un golpe fuerte y mi madre cayó en depresión, y nunca más salió de eso. Ahora tiene 83 años y es una mujer dependiente. Para mí ha sido en cierta manera reescribirle la historia a mi madre. A los 65 no está todo perdido. Aun queda mucho tiempo para hacer muchas cosas y se puede incluso encontrar el sentido a toda una existencia, y eso es lo que sucede con Saturna. 

¿Ya concluyó el guion?

Estoy con el guion. Hoy mismo le he enviado el primer borrador del guion dialogado a mi mentora, Belén Funes, la directora de La hija de un ladrón, una película que fue un referente a la hora de desarrollar mi Saturna.

¿Qué actores darán vida a esta historia?

Ya tengo los rostros, son tentativos, ellos aun no lo saben. Yo escribo pensando en alguno de ellos pero todavía no te los puedo decir. Sí te diré que no son actores famosos. No son ni Carmen Maura ni Marisa Paredes. Será una gran actriz, tiene incluso un Goya, tiene el prestigio pero no es famosa. Me encantaría que fuera ella.

¿Dónde le gustaría rodar?

La historia sucede en dos escenarios en los que he vivido: Madrid, en el barrio de Lavapies y Embajadores, en un bar en el que trabaja la protagonista y su marido; y en un camping del pirineo navarro rodeado de una naturaleza colosal.

A pesar de su larga carrera, ¿se siente aun un principiante?

Tengo 50 años pero dentro de mí sigo siendo el adolescente de 14 que escribía guiones para que sus amigos del barrio se los aprendieran. Siento que empiezo ahora en el mundo del cine, me siento un principiante, en el cine y en el teatro también. 

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