Lejos de la escasez de imágenes de nuestros abuelos y bisabuelos, «cuando las fotos se reservaban para los momentos solemnes», el artista Joan Fontcuberta cree que «la sobreabundancia comporta una nueva relación con ellas», ya que actualmente, en los tiempos de internet y las redes sociales, «les damos un valor funcional, nos sirven para comunicarnos», como dijo en el acto organizado ayer por el centro Casa Planas en el Club Diario de Mallorca. Sin embargo, el Premio Nacional de Fotografía cree que no se debería «criminalizar dicha saturación», porque «las imágenes funcionan como las palabras, el problema no es que haya muchas, sino las cacofonías, que se utilicen para la demagogia y la propaganda».

El artista Joan Fontcuberta.

El artista Joan Fontcuberta. M. Mielniezuk

Afirmó que el peligro ahora es «cómo articulamos la relación que tenemos con las imágenes, debido a que somos capaces de emitirlas, aunque vulnerables al poder que las imágenes ejercen en nosotros». Además, la actual censura «no es la no información, sino esconderla en un magma tan importante de información que sea imposible encontrarla. Es lo que hacen los buscadores web, que te orientan donde quieren», advirtió Fontcuberta en la mesa redonda titulada Mecanismos de ficción histórica, que organizó el centro de investigación artística palmesano Casa Planas.

Inma Prieto, de Es Baluard Museu.

Inma Prieto, de Es Baluard Museu. M. Mielniezuk

Su archivo fotográfico, con más de tres millones de instantáneas, «es una terra incognita» para este reconocido artista catalán, que allí busca ideas que le inspiren durante la semana que estará en la isla. La «desorganización» del legado de Josep Planas, conocido como el fotógrafo de los inicios del turismo en Mallorca, supone «una desventaja y una ventaja» porque «deja de ser un bastión de memoria para convertirse en la cueva de Alibabá», como le gusta decir sobre los tesoros que halla con la «archivología».

El gestor cultural Jaume Reus.

El gestor cultural Jaume Reus. M. Mielniezuk

Durante su intervención, hizo un recorrido por proyectos en los que ha utilizado documentos guardados en archivos, como los de la fábrica Trepat y Trauma, y avanzó que ahora está centrado en «el Kintsugi de la fotografía para una exposición» y trabaja además con inteligencia artificial y el algoritmo GAM para cambiar multitud de fotos de archivo y «crear imágenes fake», como las sacadas de archivos de comisaría y de la página web de orgasmos beautifulagony.com.

Construcción del relato

La directora de Es Baluard Museu, Inma Prieto, puso ejemplos sobre «cómo la manera en que miramos el mundo construye un relato» y lo hizo a través de artistas que han utilizado imágenes de archivo para este fin, entre ellos Malevich, Nelly van Doesburg, Hannah Höch, Duchamp, Gerhard Richter y hasta una decena. Recordó que la palabra ‘archivo’ proviene del griego, significa ‘principio’ y «su interpretación no tiene fin, como una traducción que no se acaba nunca, porque siempre habrá algo que no se ha dicho», de ahí «la aportación de los artistas a un archivo como el de Casa Planas», concluyó Prieto.

Por su parte, el gestor cultural Jaume Reus presentó una serie de fotografías de Josep Planas en el capítulo que llamó Utopía para a continuación hablar de Distopía con los containers del fotógrafo Allan Sekula y el reciente suceso del Evergreen; y finalizar con la Ucronía, haciendo un guiño a los fotomontajes de Planas en 1951 con Churchill en Mallorca.