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Matilde Escalas, una mujer moderna, creativa y «silenciada»

Fue su sobrina-nieta, Maria Teresa Escalas, quien descubrió recientemente sus partituras manuscritas que, tras un cuidado trabajo musicológico de transcripción de obras y correcciones, verán la luz en formato disco

‘Una romança’, pintura de Rusiñol, del mismo título que una obra de Escalas, en la que Erick Satie observa a la pianista.

Fruto de un arduo y apasionante trabajo de investigación, el próximo 12 de junio se presentará en Palma, en el Centre de Cultura Sa Nostra, en el marco del 26 Festival de Música Clàssica d’Hivern, un disco dedicado a una compositora e intérprete desconocida para el gran público hasta ahora, Matilde Escalas (Palma, 1870-1936), una mujer moderna y creativa, «auténtica y comprometida», que «vivió libre y decidida, con una sólida formación y experiencia musical» y que, «como muchas de su época que se dedicaron al arte, ha sido silenciada», lamenta su sobrina-nieta, Maria Teresa Escalas.

Fue precisamente su sobrina-nieta quien hace unos años realizó un importante descubrimiento, el fondo de manuscritos de Matilde Escalas, tras el cual se entregó a la redacción de una biografía en la que indica que «escribió canciones románticas para voz y piano y obras para piano solo, especialmente valses» y en la que señala que «en sus conciertos interpretaba música culta y también la música de salón propia de la época, y por supuesto, sus piezas».

El hallazgo de las partituras se produjo en la casa que construyó el padre de Matilde Escalas, en Santanyí, Cal Reiet, hoy convertida en alojamiento turístico. «Sabía que había un importante biblioteca, y al venderse la propiedad, logré que me dieran una parte importante de sus fondos, en los que encontré una carpeta, con las partituras de su obra, un conjunto de manuscritos que puse en manos de los investigadores», relata.

 Fotografía de Matilde Escalas.

Fotografía de Matilde Escalas.

El proyecto discográfico, una integral que verá la luz en junio, se gestó gracias al empeño de un equipo de trabajo formado por la productora musical y musicóloga Eugenia Gallego, el pianista Francesc Blanco, el tenor José Manuel Sánchez y el asesoramiento de Maria Victòria Cortés. Maria Teresa Escalas, sabedora de que buscaban partituras de Matilde Escalas -encontraron cuatro en diversas bibliotecas nacionales-, les proporcionó acceso al fondo musical hallado y fue en ese momento cuando, dada la importancia de una compositora mallorquina del siglo XIX, y habiendo muy pocos fondos recuperados en Europa, iniciaron un proceso de varios meses de contactos con la familia y un trabajo musicológico de transcripción de obras y correcciones críticas musicales.

Relación con Santiago Rusiñol

La primera grabación que se realiza con música de Matilde Escalas, a partir de la edición crítica realizada y los manuscritos de consulta, se llevó a cabo en los estudios Cas Music de Santa Eugènia e incluye una veintena de piezas, interpretadas al piano por Francesc Blanco y cantadas por José Manuel Sánchez. «Hay algunas realmente inspiradas, melodías muy fáciles de escuchar, transparentes y muy sencillas a nivel armónico. Algunas letras son suyas y están escritas en catalán, italiano y francés. La temática dominante es el desamor y las relaciones imposibles», explica Blanco en referencia al supuesto romance que Matilde Escalas mantuvo con el pintor Santiago Rusiñol, quien la utilizó como modelo en algunos de sus cuadros.

"La temática dominante en sus letras es el desamor y las relaciones imposibles", apunta Francesc Blanco

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Nacida en el seno de una familia culta y con una economía satisfactoria, dado que su padre, Jaume Escalas, gestionaba inversiones, Matilde Escalas pudo estudiar en Barcelona, con Felip Pedrell, y rápidamente se asoció con los ambientes modernistas de la ciudad, donde entabló amistad con Rusiñol, quien la convirtió, con el tiempo, en protagonista de algunas de sus obras, como el óleo de 1893 Miss MacFlower, en el que fue identificada por el musicólogo Romà Escalas, en 2013, tras un exhaustivo estudio.

Rusiñol, en Raixa, con la familia Escalas.

Rusiñol, en Raixa, con la familia Escalas.

«Matilde Escalas tuvo una participación activa en el nacimiento del Modernismo en Mallorca, acompañando, en sus visitas a la isla, a sus maestros y a quienes fueron compañeros de estudios musicales durante su estancia en Barcelona y a aquellos con quienes compartió la experiencia bohemia de París de finales del XIX, todos ellos intelectuales, músicos, poetas y pintores con los que colaboró y compartió tertulias», explica Maria Teresa Escalas.

Como bien recuerda la doctora en Historia, cultura y patrimonio, y especialista en música y sociedad, Eugenia Gallego, «durante la totalidad del XIX la mujer es relegada a la práctica como diletante o aficionada», un rechazo que sufrió Matilde Escalas, intérprete habitual de las sociedades socioculturales de la época.

Profesora de música en la Escuela Normal de Maestras de Palma, de las obras que compuso solo se conservan unas 50 partituras, unas 25 obras en total, «con influencias nacionalistas mallorquinas, italianas y posteriormente francesas, que muestran un estilo vocal próximo a la canción italiana o bien de inspiración popular en las piezas de piano», aclara Gallego.

Entre los temas del disco, en el que han colaborado el barítono Joan Miquel Muñoz y el dúo, de flauta y piano, integrado por Mercé Medina y Laura Serra, figuran títulos como Flor de lliri, Agosto, Horabaixa, Amore, Anyorança, Notte d’amor, Lo brot de romaní, Perquè?, Aubada o Stanley.

Retrato de ‘Miss MacFlower (Matilde Escalas)’, obra de Rusiñol.

Retrato de ‘Miss MacFlower (Matilde Escalas)’, obra de Rusiñol.

Para la recuperación del fondo y la posibilidad de grabación se ha realizado una recuperación musicológica basada en el estudio del contexto cultural de la compositora, el estudio de su biografía así como un análisis y edición crítica de su obra dado que tantos los textos como la notación ha necesitado un trabajo de relectura y redefinición musical. «Ha sido necesaria una edición cuidadosa con correcciones dado que, como era habitual en la época, el compositor-intérprete daba por supuesto numerosas anotaciones musicales, como por ejemplo las alteraciones, que no se incluyeron de manera cuidadosa a los manuscritos», explica Gallego.

Tras casarse, en 1903, con Antoni Rosselló Sendra, de quien inmediatamente se separó, aunque no pudo conseguir el divorcio hasta 1934, con la Segunda República, Escalas siguió trabajando en Palma, como compositora, profesora y concertista, pasando largas temporadas en Cal Reiet, hasta su muerte en 1936.

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