En los últimos tiempos, era habitual ver en Palma a grupos de hasta 25 dibujantes trazando al aire libre en sus cuadernos estampas urbanas de la vida cotidiana o de la arquitectura de Ciutat. Las restricciones de la pandemia este enero han provocado que la última quedada de estos artistas no fuera una cita colectiva al uso y se convirtiera en un paseo en solitario, con la única compañía del cuaderno y los lápices en la mochila.

Ilustración de un local del complejo de s'Escorxador.

El administrador en Facebook de los Urban Sketchers de Mallorca -así se conoce a estos dibujantes que se han unido a todo un movimiento internacional-, Feliu Renom, hizo un llamamiento bajo el nombre #LimitedSketchersMallorcanº1 para que el pasado día 18 los artistas que así lo desearan salieran a dibujar por su propio barrio los bares, restaurantes y comercios cerrados. «Los sketchers documentamos un momento determinado, siempre in situ, preferiblemente en grupo y compartiendo las ideas que dibujamos, los enfoques, etc. En este caso, no ha podido ser todos juntos por la pandemia, pero igualmente en los nuevos dibujos que hemos hecho intentamos explicar nuestro entorno, documentando el momento en que nos encontramos», explica Renom, atendiendo a la filosofía de esta corriente de dibujo. «Luego los colgamos en las redes para que las gente los pueda compartir».

Eva Barceló dibuja el Gin Burger de Santa Catalina.

Del ejercicio realizado la semana pasada, en el grupo de Facebook de los Urban Sketchers de Mallorca se han colgado un total de 17 dibujos, «también los hay de algunos pueblos», aunque mayoritariamente sean de Palma.

Ana Mut ha dibujado la fachada del restaurante Blat al sac, en la calle Blanquerna, o la entrada del In café, en la misma vía.

Juan Carlos Logedo ilustra el cierre del bar Venecia, en la zona del Obelisco.

El Bar Terminal frente al Corte Inglés de Avenidas o el Burger King de la Plaza Mayor son retratados por Mercedes Alabern.

«En muchos de los dibujos», hace notar Renom, «o no sale nadie o aparece muy poca gente, y en general los colores no son muy vivos, en ellos se retrata muy bien un estado de ánimo alicaído. Hemos dibujado en muchas ocasiones estas mismas calle repletas de gente», apunta.

De Santa Catalina, hay varios dibujos. Mary Doheny documenta el cierre de la cafetería Ca s’Ostra, con las barreras echadas y pintadas con motivos marinos. Y Eva Barceló testimonia sobre el cuaderno el cierre del Gin Burger de la calle de la Pursiana, «dibujado en soledad». De Doheny es también el retrato del club Delfos Girls, en la cuesta de Bellver.

Una estampa de Arife Aksoy de la zona del Portitxol.

Mercedes Prieto Melero ha compartido un dibujo de La Casita del Reloj de s’Escorxador, bar emblemático frente a CineCiutat. «Me ha costado dos sesiones por inclemencias, pero aquí está. Creo que sabéis dónde es. Os he añorado», escribe.

Lagatapintá dibuja el Hostal Corona de El Terreno a través de la verja. «Para mí, uno de los mejores sitios del barrio y de Mallorca. Esperemos que pueda abrir esta temporada».

Arife Aksoy es la autora de una estampa de la zona del Portitxol y Juan Carlos Logedo ilustra el cierre del bar Venecia, en la zona de la plaza del Obelisco.

Liliana Boffi pinta L’Exquisit de Binissalem.

El propio Renom ha dibujado el Patagonia, que está en la esquina de Joan Miró con Menéndez Pelayo, en El Terreno. «Este tipo de dibujos conviene no aislarlos de su contexto. En mi caso, el contexto ocupa el 70% del dibujo, pero es que tenía mucha dibujera atrasada», admite.

Las escenas de bares y terrazas vacías también se dejan ver en los testimonios de los dibujantes reporteros de la part forana. Eltsheona Smith ilustra Can Prim de Santa Eugènia, «sin mesas, sin gente. En un día de Sant Sebastià de cualquier otro año, la terraza estaría a tope con la gente que trabaja en Palma disfrutando de su día libre, tomándose una cerveza, poniéndose al día de los chismorreos del pueblo».

El café Terminal, por Mercedes Alabern.

Liliana Boffi (cocoordinadora de los Urban Sketchers en Mallorca junto a Catalina Rigo) inmortaliza L’Exquisit de Binissalem. «Da penita el singular mobiliario amontonado y las pobres plantas muriéndose de tristeza y frío y silencio», escribe sobre el dibujo.

Feliu Renom comenta que muchos de los dibujantes que participan en estas jornadas (la anterior a ésta tuvo lugar en la Rambla de Palma, cuando se instaló el mercadillo de Navidad) son profesionales de la ilustración o de la escuela de diseño, arquitectos, etc., «pero no todos lo son, lo que compartimos es que somos personas que dibujamos siempre, en todo momento, dibujamos por placer, lo hacemos en nuestra vida normal, somos personas tocadas por el placer de dibujar y dibujamos todo aquello que nos afecta. El dibujo es un medio de expresión subjetivo también», sostiene.

Mut también dibuja el In Café, en la misma vía.

Para el dibujante, en estas estampas de cierres destacan las rejas, las puertas y las persianas echadas, «en general tienen poca luz y son un poco monocromáticas. No son escenas alegres. Se ve alguna persona que ha salido a hacer algún recado», apunta.

Durante el confinamiento del mes de marzo, el hecho de no poder salir a la calle no paralizó al grupo. «Hicimos sesiones de sketchers confinados. Y estuvimos muy activos dibujando desde casa porque estábamos muy aburridos», confiesa.

El Blat al sac de la calle Blanquerna, según Ana Mut.