Paradís, el disco con el que las intérpretes Joana Gomila y Laia Vallès han ganado el Ciutat de Palma, «partió de una idea, del concepto de isla, la que es cada ser humano», y esta reflexión se extendió a la «necesidad común de crear archipiélagos con otros» y a temas tan premonitorios como «qué ocurriría si todos los hoteles se quedasen vacíos», según canta Joana Gomila en Jota dels Hereus. El álbum salió a la luz poco antes de la pandemia, pero «sus ideas son más evidentes tras el confinamiento. No nos hemos inventado nada, aunque el mundo se ha acelerado y han quedado de relieve sus muchas carencias», destaca la cantautora.
El jurado valora en especial su «excelente calidad artística y la creatividad», entre otras aportaciones, al combinar la música tradicional con sonidos electrónicos. La discográfica (Bubota) lo define como «transgresor», pero Gomila no apunta a tanto. «Solo hemos jugado y hecho el disco que teníamos ganas de hacer, en el que habitan muchos lenguajes en un mismo concepto, como la electrónica y más pop que en el anterior», afirma en referencia a Folk Souvenir. Tampoco tenían la intención de acercarse al público aficionado a estos estilos, aunque «si el punto de partida es hacer algo que quieres y lo compartes y llega a más gente, mejor».
Y la guinda ha sido el Premi Ciutat de Palma dado a conocer ayer, día de Sant Sebastià, y con el que están «supercontentas». La dotación económica asciende a 6.000 euros. El jurado también ha otorgado menciones especiales a Missa del descreure, de Miquel Brunet; Nuredduna, de Magí Garcias; y Músiques de Mallorca, de la asociación U Camp de l’Oca.