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La sede del Museu Marítim en Palma: las claves de un espacio abierto, provocativo y versátil

En marzo expondrá de manera temporal una selección de juguetes hechos a mano

La sede del Museu Marítim en Palma: las claves de un espacio abierto, provocativo y versátil

El Museu Marítim va cogiendo tono y forma para echarse a andar. Estos días, un equipo multidisciplinar ultima en la sede de Ses Voltes el contenido de las salas y su diseño para convertir el edificio ubicado bajo la muralla de la Catedral en un espacio abierto, versátil y reflexivo acerca de nuestro modo de vida e idiosincrasia como sociedad que vive rodeada de mar.

La profesora de Mitjans i Cultura de la UAB Catalina Gayà y la periodista y máster en Antropología Laia Seró están al frente de la musealización y comisariado del Museu Marítim de Mallorca y de la sede palmesana, que está previsto que se inaugure a lo largo del último cuatrimestre de 2021. En marzo, desde el espacio se ofrecerá una pequeña cata a los ciudadanos a través de la apertura de una exposición temporal sobre juguetes hechos a mano, un proyecto en el que se ha trabajado junto al Museu Marítim de Barcelona.

En el diseño del museo de Ciutat, también participan el arquitecto Gabo Golomb y el dibujante Tatúm, autores de los esbozos y dibujos que acompañan este reportaje. Ambos ganaron el concurso para diseñar la museografía. Además del director de la institución, Albert Forés, forma parte muy activa como experto en patrimonio marítimo Manolo Gómez, de la Associació dels Amics del Museu Marítim.

La sede del Museu Marítim en Palma: las claves de un espacio abierto, provocativo y versátil

Sobre los contenidos del espacio, Catalina Gayà explica a DIARIO de MALLORCA que el relato del Museu Marítim gira en torno al mar, «intenta ser un trabajo en torno al patrimonio marítimo pero con una mirada no patriarcal -apunta-, hay una intención de crear un relato provocativo en el museo con el fin de que los ciudadanos y visitantes se hagan preguntas. Y establecer también un debate en torno al modelo económico que tenemos». En definitiva, «se trata de explicar cómo nos ha configurado como sociedad y como cultura este territorio rodeado de mar que entre los siglos XIV y XV fue el centro del comercio», explica. «Un territorio que también ha sido sacudido por el modelo turístico y un mar que ha sido maltratado y cuya responsabilidad de sus cuidados recae en todos».

El futuro museo en Ses Voltes está estructurado en seis ámbitos o salas. El primero de ellos es la entrada, «que ha de ser una invitación a los ciudadanos desde los valores de la cultura marinera, que son los principios de la colectividad y la participación». «La intención es que el museo sea parte de la identidad de Palma y de Mallorca. Y que tanto las asociaciones vinculadas al mar como los vecinos se sientan representados y participen», sostiene.

Recreación de la sala dedicada a la pesca (izquierda) y otra sobre arqueología (derecha).

En la primera sala, el espectador se encontrará con un decálogo de buenas prácticas en el mar. La inmersión directa en el Mediterráneo se iniciará en la segunda sala. «Allí se desplegará una cronología muy clásica de nuestra historia pero donde el sujeto de la misma es el mar. Esa historia se explica a partir de los derelictos y las piezas encontradas en ellos, además de maquetas. Nosotros sostenemos que cada vez que se destruye un derelicto es como si se destruyera una biblioteca entera por la gran fuente de información que contiene», considera. «Vamos a contar que Mallorca también ha sido una tierra terrible y de paso, una tierra por donde pasaba el tráfico de esclavos. Por supuesto, también hablaremos de los refugiados del siglo XXI».

Parte del equipo, en una sesión de trabajo en Ses Voltes.

El siguiente ámbito expositivo estará centrado en las rutas comerciales. «Citaremos el corserismo, las patentes de corso, los tipos de embarcaciones, el comercio de ultramarinos, las Indias, el tráfico de esclavos. Hacemos un resumen de la marina mallorquina entre el siglo XVIII y el primer tercio del XIX. Y apuntamos que Mallorca no ha vivido únicamente del turismo a lo largo de su historia. La navegación es el otro capítulo de esta sala».

A continuación, el espectador se adentrará en el mundo de la pesca. «Algunos de los temas que aparecen son la reorganización económica y también política que debería haber para poder tener un pesca más sostenible o la reconciliación humana con el medio marino. Hay una invitación a pensar en estos temas desde la sostenibilidad y el cuidado».

La quinta sala es la de las barcas, con ella se cierra el discurso expositivo. En ella hay actualmente un llaüt, una pastera, un bot descobert y un gussi. «Se explicará cómo se construye un llaüt y los oficios asociados». La sexta habitación es el espacio educativo y pedagógico.

La sede del Museu Marítim en Palma: las claves de un espacio abierto, provocativo y versátil

En cuanto al diseño, Gabo Golomb, autor de los dibujos, explica que se ha tenido en cuenta que el museo es un «ente vivo». «Por eso son salas relativamente versátiles, que permitirán el cambio de la información cuando sea preciso», cuenta. En la entrada a Ses Voltes, «hemos trabajado sobre todo el tema de la visibilidad para el espectador». En cuanto al mobiliario, hay un elemento expositivo identificador en los espacios, que es una estructura que emula las cuadernas o el esqueleto de un barco. «En algunas salas se coloca en la pared y en otras en la zona central», apunta. «Estos armazones permiten meter dentro una vitrina, una peana o un contenedor transparente», señala. La madera es el material que va a estar más presente en los distintos elementos de la museografía, que también va a contar con elementos aéreos e instalaciones escenográficas. «Es un diseño fresco, atractivo y dinámico», opina Tatúm.los tesoros del museu marítim.

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