Con una imagen a lo James Bond, en homenaje a Sean Connery, Agustín El Casta se instalará del 25 de diciembre al 10 de enero en el Auditorium de Palma, con su Especial Navidad, una tradición que cumple 25 años.
¿Qué tiene preparado para estas navidades?
Un espectáculo que hemos montado a partir de un show que estrené este año pero que ha visto muy poca gente, y que se llamó Confinados. He intentando sacar la parte cómica de todo lo que hemos estado viviendo en los últimos meses, algo dramático.
¿Repite con Marcos Cabotá?
Sí, con Cabotá compartimos el sentido del humor, tenemos muy buena simbiosis. Él se ha encargado de los audiovisuales para completar el espectáculo, en el que se podrán ver las intervenciones del Doctor Tardanza, Lorenzo Llamas y El Padrino.
¿La actualidad manda en sus especiales navideños?
Siempre, de hecho las grabaciones del espectáculo se registrarán esta semana, para que la actualidad pueda ser la máxima.
Entonces seguro que entra algo del rey emérito, lo digo por el título, CoroNa...
Alguna referencia habrá, pero a nuestro estilo, sin hacer daño.
¿Las pillerías de don Juan Carlos no le quitan la sonrisa?
Las pillerías de nuestro rey emérito me han disgustado bastante pero al ser humorista me sirven de gasolina.
¿Cómo se logra despertar la carcajada con la que está cayendo?
La gente siempre tiene la capacidad de reírse de sí misma, y cuando sabemos hacer eso, no hay problema. Yo hago humor de lo cotidiano y es una buena fórmula, que te da acceso a poder reírte de todo, dentro de unos límites.
«Cómo voy a esperar que cuiden la cultura si están maltratando la sanidad»
¿Qué límites se impone?
Siempre pienso que la persona que viene a ver un espectáculo de humor viene a reírse, por eso no le quiero revolver el estómago. Puedo utilizar temas que a lo mejor le revolverían el estómago como punta de lanza para sacar un chiste, una imagen cómica. Yo no hago humor político, hago humor de lo cotidiano, pero las suelto. Mis límites están dentro de la lógica. Si a lo que te refieres es a esta presión que existe ahora en las redes sociales, a esta nueva inquisición que nos tiene a todos medio atrapados, eso a mí me afecta relativamente, porque mi humor no está comprometido políticamente.
¿Cómo fue su día a día durante el confinamiento?
Limpiando, comiendo y sacando al perro, hasta que otro virus me causó una pericarditis que me obligó a estar ingresado tres días y de reposo absoluto tres semanas, con lo cual me dediqué a la lectura. Me leí Ben-Hur, posiblemente haya sido el único que lo ha hecho en este 2020. Yo me adapto a cualquier cosa, qué le vamos a hacer, hay que resignarse. Trato de llevarlo de la mejor manera posible.
A pesar de lo difícil que se lo están poniendo a las gentes de la cultura. ¿Qué les recrimina a los gobernantes?
Qué quieres que te diga, la lista de reproches a los políticos podría ser tan larga... La cultura ha de ser prioritaria, pero cuántos años llevamos diciendo que lo prioritario tendría que ser la investigación y el I+D. Si hubiéramos avanzando en este sentido quizá no habríamos sufrido los golpes que nos están dando. Cómo voy a esperar que cuiden la cultura si están maltratando a la sanidad. Uno piensa: en qué se gastarán tanto dinero. Apoyo la causa de Alerta Roja. La cultura da muchos puestos de trabajo.
¿Cuántos años lleva con el Especial de Navidad?
25 años, 16 de ellos en el Auditorium. El primer Especial de Navidad lo hice en Magaluf, en un circo, ante 600 personas. El personal del circo estaba en guerra con los dueños del circo e intentaron boicotearnos. Se ataron a los mástiles con cadenas y llegaron a tirar el circo abajo. A pesar de todo el público acudió y se lo pasó bien. Nunca me ha faltado público en estos 25 años.
