A la artista mexicana Teresa Margolles le interesa poner temas vivos en el debate y el espacio público, “usando siempre el lenguaje artístico con todas sus características”. “Me gusta usar el arte, ver cómo puedo poetizar aquello que veo, porque el arte no aporta una respuesta cerrada ni ninguna solución. Permite interpretaciones diversas”, explica a este diario la también forense.
Los temas habituales de Margolles son la lucha de clases, la migración, el género, el contrabando, la violencia. El proyecto que expone en Es Baluard surge de una investigación que llevó cabo en Cúcuta, una ciudad limítrofe entre Venezuela y Colombia. Las protagonistas, las trocheras, esto es, las mujeres que cargan mercancías o personas de un lugar a otro, habitualmente en zonas fronterizas.
“Me invitaron allí a una bienal de arte y me fui al puente a ver qué sucedía. E inmediatamente vi similitudes con mi país. Me impresionaron aquellas mujeres que igual que los hombres ponen su cuerpo para transportar las mercancías”, relata. El trabajo de campo fue reunirlas, entrevistarlas y llevar a cabo con ellas algunos ejercicios. “Les pedí que contemplaran su peso físico y lo compararan con la piedra que ahora se expone. Quería que vieran cómo cargaban también con su país cada vez que se trasladan de un sitio a otro”, relata.
Margolles subraya que estas personas están sometidas a una enorme violencia. “Están trabajando en zonas que están controladas por las mafias”, advierte. “Y cumplen una función social que es menospreciada, además de ser víctimas de la xenofobia”, añade.
Las trocheras de Cúcuta no tienen voz, son chicas migrantes y pobres que están en la frontera»
La valentía y energía de estas mujeres sorprendió enormemente a Margolles. “En su día a día, se ayudan entre ellas, tienen montada una estructura de apoyo. Los hombres que transportan mercancías eran más quejosos, ellas son de echarle más pichón al asunto”, considera.
La visibilización de estas mujeres “sin voz, de estas chicas migrantes y pobres en la frontera”, la lleva a cabo Margolles en la exposición de Es Baluard mediante la creación de tres espacios. En el primero, hay voz y texto (audios), se trata del testimonio directo de las trocheras. En el segundo, predomina la imagen: la piedra preside la sala y una gran fotografía ocupa una pared de la sala. En el tercero, el espectador se encuentra con el movimiento. El proyecto, un trabajo de tres años, lo remata la artista mexicana en Es Baluard con una performance que llevará a cabo este sábado. “Es una acción para la gente que ha emigrado a la isla. También invito a los venezolanos de Mallorca a que se integren en la acción”, comenta.
La exposición La pedra la dedica Margolles a las personas que están confinadas en Mallorca, “en esas fronteras interiores”. “Son fronteras invisibles que estigmatizan más al migrante. Cuando hay un problema sanitario y económico, el covid señaliza aún más estas cuestiones”, lamenta.
La creadora y performer avanza que su próximo trabajo girará en torno a esta nueva creación de fronteras entre ricos y pobres en la misma ciudad a causa del coronavirus. “¿Cómo nos vamos a relacionar frente a este estigma que se está creando entre los barrios?”, se pregunta. “Se está culpabilizando de los contagios a personas que son víctimas de un sistema, personas que con sus salarios han de compartir piso con otras familias, gente que no puede teletrabajar y que está más expuesta al covid”, prosigue.
Margolles tiene claro lo que sucede: “El capital te culea”.
