Nadie ignora que a la pandemia del coronavirus se le ha añadido otra crisis, la económica, que tiene visos de llevarnos al colapso total. Y la combinación de ambas hace aparecer un tercer problema serio: el de la angustia psicológica. La revista de mayor impacto entre las generalistas del sector médico, la British Medical Journal, que abrevia su nombre dejándolo en BMJ, ha publicado un artículo de Jessica Gold, investigadora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Washington (St. Louis, Estados Unidos), que advierte acerca de los riesgos muy serios que corren quienes están en la primera línea de la lucha contra el Covid-19, los sanitarios, de padecer trastornos de estrés postraumático, depresiones y secuelas del uso de medicamentos destinados a combatir tales problemas. Los datos iniciales de que se dispone indican que los trabajadores de la salud en China, el primer país afectado por el coronavirus, sufren problemas de depresión (en un 50,3%), de ansiedad (44,6%) y de insomnio (34%).
Pero esa tercera crisis va camino de generalizarse. Un comentario al artículo de la doctora Gold aparecido también en el BMJ, y cuyos autores son Miquel Roca, Caterine Vicens y Margalida Gili, investigadores todos ellos del Institut Universitari d'Investigació en Ciències de la Salut y miembros de la Facultad de Medicina de la Universitat de les Illes Balears (Palma, España), pone de manifiesto que la crisis económica derivada de la pandemia va a tener como efecto derivado el deterioro de la salud mental de la población española en su conjunto.
Los autores se remiten a un trabajo publicado por su grupo en el año 2013 en el European Journal of Public Health, un estudio que se dedicó a abordar las consecuencias sobre la salud mental en España como efecto colateral de la crisis económica anterior, la de 2008. Las conclusiones de dicho trabajo pusieron de manifiesto un aumento sustancial de varios trastornos de salud mental que, para los autores, se derivaban sobre todo del desempleo y de los problemas para el pago de las hipotecas. Fue sobre todo el sector de Atención Primaria el que tuvo que hacer frente a esa otra pandemia que azotó al conjunto de la población.
Si en la crisis de 2008 España alcanzó la mayor tasa de desempleo de Europa, nuestro país también tiene el mayor número de infectados por el Covid-19 en el continente. Roca, Vicens y Gili advierten acerca de que lo sucedido en 2008 tiene muchas probabilidades de repetirse. Sostienen, pues, que es ahora el momento adecuado para tomar las medidas de planificación e intervención en la Salud Pública que permitan enfrentarse con el más que probable aumento en la incidencia de los problemas de salud mental en toda la población de España. Unos problemas que caerán en primer lugar sobre las espaldas de una Atención Primaria ya sobresaturada.
