El Museu d'Art Sacre, antiguo Diocesà, "es el espacio en el que se explica el influjo de la cultura cristiana en Mallorca a través del patrimonio", sostiene Mercè Gambús, coordinadora científico-técnica de la Catedral, institución que gestiona desde 2013 (y hasta 2023) el museo de la diócesis ubicado en el palacio episcopal y que reabre este jueves con una nueva narrativa y mejoras después de un año de trabajo [vea las imágenes de la presentación]

Justifica la historiadora del arte el cambio de denominación del museo, ahora de arte sacro, "en que las piezas que se exponen habían estado en su momento sometidas al culto. Proceden de las iglesias de la isla y hay colecciones que son donaciones", aclara Gambús. Las mejoras realizadas en el espacio tienen como objetivo "consolidar el museo, segundo equipamiento cultural más antiguo de Mallorca". "Ahora es un centro accesible e inclusivo, abierto a toda la ciudadanía, un espacio vivo", comenta la responsable del área de gestión cultural Cristina Ortiz.

Lo que ha cambiado sustancialmente en el centro es el discurso museográfico, ya no es estilístico o histórico-artístico, sino que está "construido ahora desde un punto de vista temático e iconográfico". Así las cosas, las cerca de cincuenta piezas que se muestran en el museo se reparten en cuatro ámbitos distintos, dedicados a Jesucristo, la Virgen, la iglesia y los santos. "Hay que incidir en que, a pesar de haber cambiado la exposición permanente, que será revisitable, estarán expuestas las mejores piezas de la colección [como el retablo de Sant Jordi, el de la Passió o el Drac de Na Coca]", unos fondos que alcanzan las 1.400 obras y cuyo inventario está siendo revisado en profundidad. Gambús avanza que, entre 1931 y los años 80, desaparecieron piezas. "Tampoco hay rastro de dibujos, esbozos y maquetas de Gaudí que están en el inventario", comenta. La historiadora del arte, dentro del programa de dinamización del museo, ofrecerá una conferencia sobre el pasado desconocido del mismo el próximo día 18.

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La renovación de las salas también contempla la presencia de una exposición temporal (la primera gira en torno a la historia del propio museo) que se irá modificando dos veces al año. "Esas muestras pondrán el acento en las colecciones, que son inmensas. Su organización ayudará a tener un mejor conocimiento de las mismas", considera.

En tercer lugar, la reestructuración del discurso museográfico - apuntalado en un montaje limpio y minimalista- también está pensado para darle protagonismo al edificio, "uno de los grandes desconocidos del patrimonio arquitectónico de Mallorca". "Esta fachada junto a la Catedral y la Almudaina conforman un conjunto monumental único para explicar Palma".

La reapertura ofrece la oportunidad única de contemplar una serie de piezas magníficas que salen por primera vez de la Catedral. Es el caso de los rimmonims del siglo XV, que formaban parte de la liturgia de la sinagoga siciliana de la Cammarata, "y que en 1943, cuando los judíos fueron expulsados de esta localidad, un mercader mallorquín compró estos cetros y los trasladó a la isla. Aquí se modificaron y de cetros para leer la Torá se convirtieron en varas de primicerios en la liturgia coral. Es decir, de la liturgia sinagogal [judaísmo] pasaron a la liturgia coral [cristianismo]".

Estos cetros, los originales, estaban blindados en la Catedral. "Nos piden permanente préstamos de estas obras y por eso se hicieron unas copias. No salen de la Seu porque son, de la arqueología hebraica, las más antiguas que se conservan en el mundo". De la Catedral también se expone por primera vez la tabla de la Trinitat, que no estaba a la vista del público.

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