P ¿Cuándo le atrajo la técnica de stop-motion?
R De toda la vida me ha gustado el dibujo, los dibujos animados, las maquetas. Hice un curso de animación 2D en Barcelona y aprendí los fundamentos de lo que era la animación, una base que después pude usar cuando conocí el stop-motion. Siempre tuve claro que quería estudiar algo relacionado con el cine, pero no pude entrar en la carrera de Audiovisuales e hice Magisterio. Hice el curso que te comenté y después me fui a Valencia a estudiar Audiovisuales. Tenía 21 años. Entonces allí descubrí empresas que hacían stop-motion e hice prácticas en una de ellas. Lo que más me gustó es descubrir que no es necesario saber dibujar para animar. Ni siquiera sé modelar muñecos. Ahora vuelvo a trabajar en la empresa donde hice prácticas: Inspira Animation.
P ¿Cómo practicó sus primeras animaciones sin dibujo?
R ¿Con stop-motion? En casa, con juguetes. Hice pruebas con una serie de muñecos articulados y pude empezar a hacerlo en la empresa.
P El 3D estuvo muy de moda, ahora ya no está tan presente en los cines. ¿Cómo valora la presencia del stop-motion en las salas?
R No es que esté de moda, pero sí se están haciendo más proyectos con esta técnica. Después de Parque Jurásico, parecía que había desaparecido. Esta película se iba a hacer en stop-motion, se llegaron a hacer pruebas, pero al final la decisión fue hacerla en ordenador. La técnica no volvió a resurgir hasta que se estrenó Pesadilla antes de Navidad.
P ¿La historia influye en la decisión de elegir rodar en stop-motion?
R Sí, totalmente. El stop-motion es una técnica para contar historias. Hay historias en las que la técnica que elijas para contarlas no importa tanto, pero en otras es determinante. Por ejemplo, Anomalisa no se me ocurre otra forma de contarla. El stop-motion le da un toque especial.
P ¿Le sucede lo mismo a Isla de Perros de Wes Anderson, en la que también ha trabajado?
R No tanto. Se podría haber hecho en 2D perfectamente. Pero las cintas de Anderson, tanto por su estética como por los movimientos de los personajes, parecen de animación. Con el stop-motion, el director de Life Aquatic se dio cuenta de que podía tener un control absoluto sobre lo que pasaba en la pantalla.
